27 junio 2016

Temporada de Oro

© GTN
Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) - Temporada de Otoño 2016
Con la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil Bicentenario (OSNJB), Arnaldo Pizzolante, Pura Penichet-Jamet, Nelson Freire, Nancy Fabiola Herrera, Julian Kuerti y Gabriela Montero. Gran Teatro Nacional.

Por Gonzalo Tello 
Durante los años de Fernando Valcárcel frente de la OSN se han cumplido grandes retos, especialmente con repertorio del siglo XX que eran deuda necesaria en nuestro país. Lo regular era que hacia la primavera, la última temporada del año, se programen los repertorios mas complejos y se reserve a los artistas mas destacados. Esta vez se adelantaron al otoño, presentando no solo obras descomunales sino presentando concierto tras concierto a leyendas de la música como solistas.
Esta temporada se inició con el estreno nacional de la apoteósica Sinfonía “Turangalila” de Olivier Messiaen, y lo es en todo el sentido de la palabra pues requiere mas de 100 músicos, un pianista extraordinario, el uso de Ondas Martenot, instrumento electrónico vanguardista del siglo XX infrecuente en nuestro país, y un director que pueda manejar el timón de un portaaviones durante hora y media en diez complejos movimientos. Lo que para Valcárcel y la OSN (en el cual participaban músicos de la OSNJB) fue un gran reto, del cual hasta el final uno era escéptico, se consagró como uno de los eventos del año e indiscutiblemente como el logro mas importante de su gestión frente a nuestro primer elenco nacional.
La temporada prosiguió con grandes nombres como el pianista Nelson Freire, quien cumplió con su esperada visita a Lima para interpretar el Concierto no. 2 de Johannes Brahms, con un estilo pulcro y llevando al compositor en los dedos. La OSN rindió homenaje al centenario de Alberto Ginastera estrenando localmente su “Popol Vuh”.
Julian Kuerti fue el director invitado que tuvo a cargo la “Carmen” de la temporada de ópera. Antes dirigió una enérgica sinfonía no. 8 de Beethoven, una exquisita rendición de los Rückert-Lieder de Mahler a cargo de la afamada Mezzo-soprano Nancy Fabiola Herrera y la famosa suite de “Der Rosenkavalier” de Strauss. Aunque a la orquesta le faltó cierta fluidez, el resultado estuvo a la altura.
Los nombres estelares no pararon pues llegó el turno de la aclamada pianista Gabriela Montero, quien dio rienda suelta a su estilo con un Grieg muy propio y aunque desconcertante al inicio, supo darle vida y estilo como los grandes pianistas de antaño. No dudó en regalar una improvisación del “Caballo viejo” de Simón Díaz de forma exultante. El homenaje a Francisco Pulgar-Vidal llegó con la Sinfonía “Nazca”, que hubiera sido ideal que sea interpretada con mayor fuerza y virtuosismo.
(Publicado en Luces del Diario El Comercio el martes 21 de junio del 2016).

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