20 marzo 2013

Excelente inicio de temporada de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil

Foto: Gran Teatro Nacional

Por Gonzalo Tello (Operaperu.com) El pasado domingo fui al primer concierto de la temporada 2013 de la Orquesta Sinfónica Nacional Juvenil la cual presentó un complejo programa en homenaje a Richard Wagner que además incluía la sinfonía "Eroica" de Beethoven. La expectativa y valla era alta, ya que como dice su mismo director titular Pablo Sabat, esta es una orquesta clásica que trabaja intensamente sus repertorios, no solo por tocar conciertos, sino por elevar y profesionalizar a sus jóvenes músicos. Por eso preparan cada programa con mes y medio de ensayos.

El programa fue mas que ambicioso. Con el refuerzo de músicos invitados, ya que las piezas de Wagner exigen instrumentos románticos, se interpretó el preludio al primer acto de "Lohengrin", una pieza tan etérea, intima y a la vez grandiosa, que precisa la máxima concentración de los músicos, y el mínimo error puede descalabrar el efecto completo. No solamente el resultado fue satisfactorio, sino que los músicos sonaron con absoluta dedicación y profesionalismo. El inicio de este preludio, ejecutado por violines a lo que luego se integran el resto de instrumentos, pasando por un crescendo y volviendo al inicio, fue llevado al milímetro por Sabat y con una actitud casi sacra. El resultado fue asombroso y muy disfrutable.

A continuación la pieza mas compleja del programa fue la música de Viernes Santo del tercer acto de "Parsifal", la última obra del compositor alemán, a la cual no llamó ópera sino "Festival escénico sacro". En esta música mágica también se necesita un control máximo y mucha compenetración en la partitura y con los mensajes subconcientes que vienen en cada compás. El resultado fue también satisfactorio.

Y aunque Wagner es intenso y apoteósico, el broche de oro llegó con la Tercera Sinfonía "Eroica" de Ludwig Van Beethoven. Una sinfonía audaz y moderna para su época, y considerada uno de los símbolos del inicio del Romanticismo musical. Sinfonía inicialmente dedicada a Napoleón, hasta que este se autocoronó emperador, y Beethoven cambió la dedicatoria, es una obra en cuatro partes de estructura clásica pero con acentos muy inspirados que definirían los futuros trabajos del alemán, siempre de avanzada.

La lectura de Sabat y la OSNJ fué dinámica, y pude redescubrir en esta obra harto conocida matices nuevos, audacias en los cambios de tiempo e intimidad, sobretodo en la marcha fúnebre. interpretación de una orquesta cohesionada y con el carácter requerido y que se espera de una obra exigente con esta. El escenario del Gran Teatro Nacional y su excelente acústica es un gran aliciente para estos buenos resultados.

Gran inicio de temporada de esta joven orquesta que desde ya promete una excelente temporada y cada vez exigiendo mas de estos jóvenes músicos, hambrientos por aprender y asumir grandes retos. Desde aquí un agradecimiento a su gran labor y al trabajo del director Pablo Sabat y el equipo de trabajo que lo acompaña.

En nuestro país es necesario apoyar y crear generaciones de músicos de gran calidad que llenen espacios y difundan la música clásica de forma masiva. Músicos que merecen el apoyo estatal y privado para continuar dedicándose a este oficio que no tiene por qué ser sacrificado, sino mas bien un placer.

1 comentario:

Anónimo dijo...

EXCELENTE COMIENZO!
FELICITACIONES A CADA UNO DE LOS MÚSICOS Y A SU DIRECTOR POR NO PERMANECER AJENOS AL HOMENAJE QUE SE MERECE EL MAGO DE BAYREUTH.