17 agosto 2010

María Luján Mirabelli en Lima como Santuzza en "Cavalleria Rusticana"


Por Gonzalo Tello
Operaperu.com

La mezzosoprano italo-argentina María Luján Mirabelli vuelve a Lima luego de una temporada interpretando a "Carmen" y de haber cantado el Réquiem de Verdi hace un par de años. Para esta nueva temporada 2010 fue convocada para presentar una de sus mas importantes creaciones, con las que ha recibido los mejores comentarios.

Actualmente ella es primera figura del Teatro Colón de Buenos Aires y del Teatro de La Plata, donde ha podido realizar un sinnúmero de presentaciones.

Artista que empezó desde muy joven su carrera, ha interpretado una gran variedad de roles especialmente del romanticismo. En su curriculum, bastante extenso, figura participaciones con grandes artistas como Leo Nucci, José Cura, Verónica Villaroel (con quien trabaja en conjunto en esta producción). Ademas durante sus estudios, gana infinidad de concursos, entre los más destacados el "Pavarotti International" y muy especialmente el "Viotti di Vercelli" donde Joan Sutherland y Alfredo Kraus la eligieron como la mejor intérprete.

María está feliz en Lima, especialmente con compartiendo escena con este elenco de "Cavalleria / Pagliacci". Aquí una breve entrevista con ella donde nos cuenta sus experiencias.


Veamos a María Luján Mirabelli en acción interpretando a Santuzza, en una producción del Teatro de La Plata, en Argentina



Finalmente veamosla en otro gran rol: El de Eboli del "Don Carlo" de Verdi. Esto en el Teatro Colon de Buenos Aires.



2 comentarios:

amilcar mendoza luna dijo...

Me gustó mucho la velada. Aquí pongo mis impresiones que volqué en el Blog "Perú es una Provincia de Narnia".

Ayer, jueves 12 de agosto del 2010 se realizó una velada memorable en el Teatro Segura, presentando a dos joyas del verismo italiano de inicios del siglo XX, ambas obras con enorme fuerza dramáticas y con pretensiones de representar la vida misma, sin más adornos que su complejidad y dramatismo.

Tanto Cavalleria Rusticana de Pietro Mascagni como I Pagliacci de Leoncavallo, son dos obras llenas de expresividad y fluidez en el canto, alejadas del romanticismo o motivos míticos tan notorios en Wagner. En ambas la pasión, el eros y el tánatos se reúnen en un coctel explosivo de emociones en que los personajes no son absolutamente buenos ni malos, y tienen en común ceder a sus celos e impulsos primarios.

Eso es clarísimo en Cavalleria Rusticana, la historia de la vendetta por amor, en que dos parejas se dejan llevar por una mortal pasión enfrentada al sentimiento de honor que exige derramar sangre. En Cavalleria Rusticana todos tienen manchas, ni siquiera el vejado esposo es inmaculado, porque desde su presentación se nos presenta como un burgués muy complacido de si mismo y de la fusta que usa en su negocio de carga; otro tanto, puede decirse de las mujeres de la obra: la vejada y dolorida Santuzza no duda en acudir a su compadre Alfio para que sepa que su esposa, Lola, lo engaña con Turiddu. Esa revelación no lo hace por espíritu altruista, sino como producto de los celos y venganza que siente al ver como Lola le arrebató a su amante; Turiddu, quien es un joven arrogante y necio, que goza con su anterior novia, Lola, a la vez que aprovecha la sumisión de Santuzza.

El clímax al que llegamos con la revelación, hace arder en labios de Alfio la palabra Vendetta, y es así como se cierra la primera parte para dar paso al famoso "Intermezzo" de Cavalleria Rusticana, en mi opinión, una de las más bellas melodías que jamás he escuchado. Si alguno de los que lee esto es Otaku, recordará fácilmente el pasaje en que Kenshin se despide de Kaoru antes de combatir a Shishio; también los cinéfilos la recordarán porque se uso en el Toro Salvaje de Scorsese. A decir verdad, es una de las razones por las cuales me animé a salir temprano del trabajo a las destruidas calles de Lima para llegar al Teatro Segura.

(...)
No pongo más por la extensión del comentario, quien lo desee puede leer más en el Blog:
Perú es una provincia de Narnia

amilcar mendoza luna dijo...

Me gustó mucho la velada. Aquí pongo mis impresiones que volqué en el Blog "Perú es una Provincia de Narnia".

Ayer, jueves 12 de agosto del 2010 se realizó una velada memorable en el Teatro Segura, presentando a dos joyas del verismo italiano de inicios del siglo XX, ambas obras con enorme fuerza dramáticas y con pretensiones de representar la vida misma, sin más adornos que su complejidad y dramatismo.

Tanto Cavalleria Rusticana de Pietro Mascagni como I Pagliacci de Leoncavallo, son dos obras llenas de expresividad y fluidez en el canto, alejadas del romanticismo o motivos míticos tan notorios en Wagner. En ambas la pasión, el eros y el tánatos se reúnen en un coctel explosivo de emociones en que los personajes no son absolutamente buenos ni malos, y tienen en común ceder a sus celos e impulsos primarios.

Eso es clarísimo en Cavalleria Rusticana, la historia de la vendetta por amor, en que dos parejas se dejan llevar por una mortal pasión enfrentada al sentimiento de honor que exige derramar sangre. En Cavalleria Rusticana todos tienen manchas, ni siquiera el vejado esposo es inmaculado, porque desde su presentación se nos presenta como un burgués muy complacido de si mismo y de la fusta que usa en su negocio de carga; otro tanto, puede decirse de las mujeres de la obra: la vejada y dolorida Santuzza no duda en acudir a su compadre Alfio para que sepa que su esposa, Lola, lo engaña con Turiddu. Esa revelación no lo hace por espíritu altruista, sino como producto de los celos y venganza que siente al ver como Lola le arrebató a su amante; Turiddu, quien es un joven arrogante y necio, que goza con su anterior novia, Lola, a la vez que aprovecha la sumisión de Santuzza.

El clímax al que llegamos con la revelación, hace arder en labios de Alfio la palabra Vendetta, y es así como se cierra la primera parte para dar paso al famoso "Intermezzo" de Cavalleria Rusticana, en mi opinión, una de las más bellas melodías que jamás he escuchado. Si alguno de los que lee esto es Otaku, recordará fácilmente el pasaje en que Kenshin se despide de Kaoru antes de combatir a Shishio; también los cinéfilos la recordarán porque se uso en el Toro Salvaje de Scorsese. A decir verdad, es una de las razones por las cuales me animé a salir temprano del trabajo a las destruidas calles de Lima para llegar al Teatro Segura.

(...)
No pongo más por la extensión del comentario, quien lo desee puede leer más en el Blog:
Perú es una provincia de Narnia