El diario "La Segunda" de Chile destaca en una nota la participación de la primera soprano chilena Verónica Villarroel en la gala de reapertura del Teatro Municipal de Santiago de este 4 de agosto en Santiago. Villarroel se presentó en Chile esta temporada 2010 como Santuzza en "Cavalleria Rusticana", pero esta fue realizada en el Teatro de Carabineros, debido a que el Municipal fue afectado por el terremoto. Villaroel se encuentra en Lima desde hace una semana para los ensayos de "I Pagliacci", obra que se presenta en el Teatro Segura a partir del 12 de agosto en la capital peruana.
Debido a su apretada agenda, Villarroel, quien compartirá escenario con la mezzosoprano italiana Luciana d'Intino y el tenor coreano Woo-Kyung Kim, sólo llegará a Santiago un día antes de la gala programada, regresando inmediatamente a Lima para reanudar los ensayos de la ópera de Leoncavallo, bajo la batuta de Enrique Ricci y dirigida por el argentino Carlos Palacios.
Articulo de La Segunda
La exitosa soprano aterrizará en Santiago sólo un día antes de la reapertura del Teatro Municipal, en medio de ensayos en Perú. Reconoce que ha buscado un equilibrio para lidiar con una carrera que le ha provocado más de una crisis.
Verónica Villarroel se hace un espacio entre sus múltiples compromisos internacionales para responder estas preguntas, a pocos días de la reapertura del Teatro Municipal, una gala que la tiene a ella como invitada estelar.
“Después del terremoto me puse muy triste por los daños del teatro, pero estaba segura de que se levantaría de nuevo”, confiesa la cantante que, desde el 27 de febrero, se ha convertido en algo así como la artista símbolo de la reconstrucción nacional, participando en eventos solidarios, desde Talcahuano hasta Nueva York.
Pero la gala del 4 de agosto —destinada a recaudar fondos para la remodelación total del teatro— tiene para la soprano un valor emocional adicional: fue ahí donde conoció realmente el mundo de la ópera a mediados de los años 80, primero como corista estable y posteriormente como parte del elenco de “La Boheme”, donde compartió escenario con la famosa Renata Scotto, quien la becó a la prestigiosa escuela de Juilliard. El resto es historia.
“Estar presente en la reapertura del Teatro Municipal es motivo de gran orgullo, felicidad y emoción, no sólo porque me siento parte viviente de él —que ha sido mi cuna, mi casa y mi familia por tantos años—, sino que también porque el espíritu de nuestro teatro ha estado siempre de pie, incluso con la tragedia de haber sufrido un terremoto tan catastrófico. Su temporada 2010 no se canceló. Con su fuerza de voluntad, siguió trabajando”, opina Villarroel, sin esconder una evidente entrega a la nostalgia.
“Estarán allí dos personas muy queridas por nuestra familia, en espíritu y energía: nuestros queridos maestros (fallecidos en el último año) Miguel Patrón Marchand y Nibaldo Parra. Sé que ellos estarán allí con nosotros, arriba del escenario, presentes, recibiendo el aplauso y cariño de todo su público”.
“Trato de no leer las críticas"
Como es habitual en su carrera, Villarroel tendrá que escaparse de los ensayos para el montaje peruano de “I Pagliacci” para poder estar presente en la gala.
“El señor Bernales, director de la Ópera en Lima, accedió a darme permiso para estar presente en Chile. Una vez más, queda demostrada la amistad que existe entre nuestras casas de ópera y nuestros países, para apoyarse entre sí en eventos como éste”, elogia la soprano, quien llegará a Santiago sólo un día antes para ensayar. “Mi agenda no me permite hacerlo antes”, cuenta.
En todo caso, el repertorio le es familiar: extractos de “Las bodas de Fígaro”, de Mozart; “Carmen”, de Bizet y “Aida”, de Verdi, son sólo algunas de las obras que se escucharán en un concierto totalmente orientado al repertorio operático.
Villarroel manifiesta alegría por volver a pisar un escenario junto a su amiga, la mezzosoprano italiana Luciana D’Intino. “La admiro y quiero muchísimo. Hemos cantado juntas y estar de nuevo con ella es un privilegio”, confiesa. “En cuanto a otro de los invitados, el señor Woo-Kyung Kim, aún no tengo el placer de conocerlo, pero que él haya aceptado estar presente con nosotros es realmente maravilloso”.
Después de la gala, regresará a Lima para cumplir con la función y se encargará de sus múltiples proyectos (entre ellos, un programa cazatalentos de Canal 13 que aún está en pañales). Es que con los años, la soprano ha aprendido a lidiar con los bemoles de un trabajo singular y estresante. En más de una oportunidad pensó abandonarlo todo, pero hoy reconoce haber encontrado un equilibrio.
“Combato el estrés con mucha filosofía y con algunas maniobras de recreo y autoayuda: ejercicio, acupuntura, dormir bien y compartir con la gente que quieres”, aclara. Cuenta también que evita los comentarios que puedan reforzar la inseguridad.
“Trato de no leer críticas, puesto que sé que solamente uno mismo, los que conocen tu instrumento muy bien y el público son los que deciden o saben si has hecho un buen trabajo”.
Debido a su apretada agenda, Villarroel, quien compartirá escenario con la mezzosoprano italiana Luciana d'Intino y el tenor coreano Woo-Kyung Kim, sólo llegará a Santiago un día antes de la gala programada, regresando inmediatamente a Lima para reanudar los ensayos de la ópera de Leoncavallo, bajo la batuta de Enrique Ricci y dirigida por el argentino Carlos Palacios.
Articulo de La Segunda
La exitosa soprano aterrizará en Santiago sólo un día antes de la reapertura del Teatro Municipal, en medio de ensayos en Perú. Reconoce que ha buscado un equilibrio para lidiar con una carrera que le ha provocado más de una crisis.
Verónica Villarroel se hace un espacio entre sus múltiples compromisos internacionales para responder estas preguntas, a pocos días de la reapertura del Teatro Municipal, una gala que la tiene a ella como invitada estelar.
“Después del terremoto me puse muy triste por los daños del teatro, pero estaba segura de que se levantaría de nuevo”, confiesa la cantante que, desde el 27 de febrero, se ha convertido en algo así como la artista símbolo de la reconstrucción nacional, participando en eventos solidarios, desde Talcahuano hasta Nueva York.
Pero la gala del 4 de agosto —destinada a recaudar fondos para la remodelación total del teatro— tiene para la soprano un valor emocional adicional: fue ahí donde conoció realmente el mundo de la ópera a mediados de los años 80, primero como corista estable y posteriormente como parte del elenco de “La Boheme”, donde compartió escenario con la famosa Renata Scotto, quien la becó a la prestigiosa escuela de Juilliard. El resto es historia.
“Estar presente en la reapertura del Teatro Municipal es motivo de gran orgullo, felicidad y emoción, no sólo porque me siento parte viviente de él —que ha sido mi cuna, mi casa y mi familia por tantos años—, sino que también porque el espíritu de nuestro teatro ha estado siempre de pie, incluso con la tragedia de haber sufrido un terremoto tan catastrófico. Su temporada 2010 no se canceló. Con su fuerza de voluntad, siguió trabajando”, opina Villarroel, sin esconder una evidente entrega a la nostalgia.
“Estarán allí dos personas muy queridas por nuestra familia, en espíritu y energía: nuestros queridos maestros (fallecidos en el último año) Miguel Patrón Marchand y Nibaldo Parra. Sé que ellos estarán allí con nosotros, arriba del escenario, presentes, recibiendo el aplauso y cariño de todo su público”.
“Trato de no leer las críticas"
Como es habitual en su carrera, Villarroel tendrá que escaparse de los ensayos para el montaje peruano de “I Pagliacci” para poder estar presente en la gala.
“El señor Bernales, director de la Ópera en Lima, accedió a darme permiso para estar presente en Chile. Una vez más, queda demostrada la amistad que existe entre nuestras casas de ópera y nuestros países, para apoyarse entre sí en eventos como éste”, elogia la soprano, quien llegará a Santiago sólo un día antes para ensayar. “Mi agenda no me permite hacerlo antes”, cuenta.
En todo caso, el repertorio le es familiar: extractos de “Las bodas de Fígaro”, de Mozart; “Carmen”, de Bizet y “Aida”, de Verdi, son sólo algunas de las obras que se escucharán en un concierto totalmente orientado al repertorio operático.
Villarroel manifiesta alegría por volver a pisar un escenario junto a su amiga, la mezzosoprano italiana Luciana D’Intino. “La admiro y quiero muchísimo. Hemos cantado juntas y estar de nuevo con ella es un privilegio”, confiesa. “En cuanto a otro de los invitados, el señor Woo-Kyung Kim, aún no tengo el placer de conocerlo, pero que él haya aceptado estar presente con nosotros es realmente maravilloso”.
Después de la gala, regresará a Lima para cumplir con la función y se encargará de sus múltiples proyectos (entre ellos, un programa cazatalentos de Canal 13 que aún está en pañales). Es que con los años, la soprano ha aprendido a lidiar con los bemoles de un trabajo singular y estresante. En más de una oportunidad pensó abandonarlo todo, pero hoy reconoce haber encontrado un equilibrio.
“Combato el estrés con mucha filosofía y con algunas maniobras de recreo y autoayuda: ejercicio, acupuntura, dormir bien y compartir con la gente que quieres”, aclara. Cuenta también que evita los comentarios que puedan reforzar la inseguridad.
“Trato de no leer críticas, puesto que sé que solamente uno mismo, los que conocen tu instrumento muy bien y el público son los que deciden o saben si has hecho un buen trabajo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario