Fotos cortesía de Javier Súnico Raborg
Por Carlos Corzo Castañeda, para Ópera Perú
– Mi madre me criaba pa’ chalequera, pero yo le he salido pantalonera.
– Hay sus razones, y es que te gustan mucho los pantalones.
Con este picante diálogo entre Rosita y Mariana, precedido de una breve y elegante introducción musical, se da inicio a la más popular de todas las zarzuelas: “Luisa Fernanda”, con música de Federico Moreno Torroba y libro de Federico Romero Sarachaga y Guillermo Fernández Shaw Iturralde, estrenada en el Teatro Calderón de Madrid el 26 de marzo de 1932 y descrita por sus autores como una comedia lírica en tres actos. La acción se desarrolla en 1868, hacia finales del reinado de Isabel II, escenificándose los dos primeros actos en Madrid y el tercero en Extremadura, cerca a la frontera con Portugal.
Federico Moreno Torroba fue un autor de sólida formación musical que compuso obras cultas de diversos géneros, especialmente para guitarra, instrumento para el cual trabajó en colaboración con Manuel de Falla y Andrés Segovia, pero fue la zarzuela Luisa Fernanda la que lo inmortalizó. Se estima que esta obra ha superado las 10,000 representaciones, de las cuales probablemente no menos de 300 se han realizado en el Perú, incluidas las dirigidas por el propio compositor en el Teatro Municipal en 1955.
El prestigioso Director de Escena ibérico Goyo Montero nos ofreció una versión realmente espectacular y muy auténtica de esta pieza emblemática del género lírico español, apoyada en la escenografía de José Sialer y el vestuario de Emilio Montero, que por su belleza y afinidad con el carácter de la obra aportaron el marco visual adecuado. El público resultó gratamente sorprendido con detalles nunca antes vistos en Lima, como la banda de música sobre el escenario durante la romería de San Antonio, la participación de los niños en diversas escenas y la inclusión de cinco parejas de bailarines del Ballet Municipal de Lima, quienes además de interpretar la consabida danza del cerendero del folklore extremeño en el tercer acto, matizaron el coro de las sombrillas bailando la mazurca.
En la parte musical, el eminente maestro hispano Juan de Udaeta no solamente dirigió la orquesta con gran pulcritud, sino que presentó dos brillantes piezas sinfónicas, recuperadas por él mismo y en calidad de estreno absoluto, en las que se aprecia el enorme talento y alto nivel musical del compositor madrileño, las cuales junto con el preludio del segundo acto constituyeron una especie de petit suite.
El rol de Luisa Fernanda estuvo a cargo de la tiple dramática Milagros Martín, máxima figura femenina del género en España y engreída del público limeño. A su indiscutible calidad vocal se añadió en este caso una cabal interpretación del personaje, que tuvo su punto más alto en la arenga del segundo acto. Como dice Mariana en el libreto, estuvo “de rechupete”.
En un rol que le es muy familiar desde los inicios de su carrera, el del Coronel Javier Moreno, se presentó el joven y consagrado tenor peruano Andrés Veramendi, quien hizo gala de la gran calidad de su voz y mostró notables progresos en el aspecto escénico.
El gran barítono español Luis Cansino, como Vidal Hernando, nos deleitó una vez más con sus brillantes facultades vocales y además vivió el personaje con una intensidad y propiedad realmente admirables. Su interpretación de la romanza “Luche la fe por el triunfo” fue de antología.
Como la Duquesa Carolina, la joven tiple ligera peruana Rosa Parodi mostró los grandes progresos que viene alcanzando tanto en el canto como en la actuación.
Un verdadero lujo, que dio singular realce y categoría a la puesta en escena, fue la presencia en los roles de Mariana y Luis Nogales de dos grandes figuras del teatro lírico español, la tiple Guadalupe Sánchez y el tenor Ricardo Muñiz, y en el de Don Florito de don Enrique Victoria, figura legendaria del teatro peruano.
El debutante Micky Moreno, como Aníbal, demostró poseer simpatía y condiciones.
El también debutante Antonio Fernández Brixis, como el Saboyano, nos entregó la habanera mostrando una bella voz de tenor y gran musicalidad.
Entre los actores destacó Luis Asmat, como Bizco Porras.
El coro, bajo la dirección de Javier Súnico Raborg, se desempeñó con la calidad de siempre.
En resumen, una notable producción de una gran obra, digna de nuestro remozado Teatro Municipal y del público zarzuelero de Lima.
Un acierto de Romanza promover mediante descuentos y una función especial la asistencia de niños al teatro. Ojalá que esta iniciativa encuentre el eco esperado.
Finalmente, nos alegra sobremanera el anuncio para la temporada 2012 de “Marina”, de Emilio Arrieta en su versión de ópera, que es la habitual. Después de haber apreciado las excelentes producciones de “La Boheme” y “Luisa Fernanda” presentadas este año, estamos seguros de que será una gran “Marina”.
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