Sobria y elegante versión semi escenificada de "Aida". Fotos: Gran Teatro Nacional |
Por Gonzalo Tello
Operaperu.com
Este 2013
marca el bicentenario del nacimiento del compositor italiano Giuseppe Verdi,
uno de los mas populares y difundidos de nuestros días Incluso quien
no sabe nada de ópera tiene profundizadas en la mente sus melodías mas
populares. Las celebraciones por este aniversario entusiasman a la gran mayoría
de teatros del mundo, ya que Verdi es un compositor muy difundido y
sus melodías e historias son exitosas y conectan de una buena manera.
Por lo que es garantía de éxito mostrar sus mejores obras y llevarlas a escena.
Sin embargo no todas sus obras son fáciles las de la
última etapa son muy exigentes, con una partitura muy elaborada y se necesitan
cantantes completos, de gran técnica y versatilidad para poderlos encarnar
debidamente. Dos de sus obras finales, "Aida" y "Otello",
son de una exigencia extrema. Estas son las dos obras con las que
la Asociación Romanza celebra a Verdi en Lima. Un gran riesgo
que debe ser cuidado al mínimo detalle.
“Aida” se
presenta en el Gran Teatro Nacional, en co-producción con el Ministerio de
Cultura, el cual ha ofrecido a sus elencos, la Orquesta Sinfónica Nacional y el
Coro Nacional para ser parte de esta presentación.
Romanza,
dentro de esta ambiciosa temporada, en que también habrá un homenaje a Wagner,
ha reclutado a destacados cantantes que previamente han tenido buenas críticas
y desarrollan carreras interesantes a nivel internacional. No es nada fácil conseguir
cinco cantantes con las características para cantar en esta ópera. Se exige el
máximo de todos y se requiere mucha experiencia previa sobre las tablas.
María Luján Mirabelli y Maria Pia Piscitelli |
“Aida”
marca la última etapa de Verdi. Estrenada en 1871 con libreto de Ghislanzoni,
su música presenta un refinamiento único. Si ya con “Don Carlo” en 1867 había
logrado un nivel musical superlativo, con escenas de una continuidad musical y
sin claros cortes, en “Aida” le agrega la esencia regional. La música es
exquisita y descriptiva de un lugar exótico, Egipto, en que la música nos
ilustra ríos, arena, animales, palmeras, y demás. Posteriormente, con “Otello”
y Falstaff”, Verdi lograría el clímax creativo. Tan importante y que ha hecho
de “Aida” un clásico es también el libreto de Ghislanzoni, el cual contiene
mucho drama y alto voltaje. Un buen montaje de “Aida” es un éxito asegurado.
La
versión de “Aida” que se ha decidido presentar en Lima, después de 12 años, es
una versión semi-escenificada. Esto significa que no hay un director de escena
ni escenografía, pero si vestuario, movimiento escénico y paneles referenciales
del antiguo Egipto, lugar donde se desarrolla la obra. También la luz juega un
rol importante y es utilizada.
Esta
propuesta de Emilio Montero en dirección y vestuario, y de Pepe Sialer y equipo
en ambientación, es simple, moderada y bien lograda. Vemos iluminación de
diferente calidez para marcar escenas, paneles con dibujos y figuras
referenciales al antiguo Egipto, incluso se utilizan los ascensores. “Aida” al
ser una ópera majestuosa, en esencia es una ópera de cámara, en la que pocos
personajes interactúan. Lo cual permite que una interpretación teatral sobria
funcione a la perfección y no le quite ritmo a la obra.
La
protagonista de la obra, interpretada por la italiana Maria Pia Piscitelli
demuestra experiencia con la obra. Esta soprano tiene una voz lírica de bellos
matices y proyección. Aunque ahorrándose algunos agudos, su voz es fresca y
bella sobretodo en sus dos grandes momentos, el “Ritorna vincitor” y en la bellísima
aria “O patria mia” del tercer acto. Verdi escribió inspiradas escenas para
este personaje, que además debe demostrar gran fortaleza para además cantar en
duettos y conjuntos con los demás personajes, como con Amneris en el segundo
acto y con Amonasro y Radamés en el tercero.
El tenor
chileno José Azócar nos ofreció un Radamés de voz brillante, con gran potencia
y sobretodo estabilidad y buena musicalidad. No tuvo signos de cansancio en
ningún momento y hasta el final demostró un nivel que usualmente no vemos en
nuestra ciudad, en que la preferencia está en obras de bel canto, con tenores
ligeros. Gran experiencia escuchar a un tenor experimentado en un rol que le
calza de forma ideal.
Amneris,
la princesa egipcia, fue interpretada por la también experimentada mezzosoprano
argentina Maria Luján Mirabelli. Un rol muy exigente para su cuerda que le
queda muy bien por su tipo de voz. Su momento cumbre llega en el cuarto acto en
que demuestra una gran entrega y buen nivel vocal.
Piscitelli y Altomare |
El
Amonasro del italiano Giuseppe Altomare tiene nivel, gran potencia y bello
legato. El barítono impone presencia e intensidad sobretodo en el duetto con
Aida del tercer acto. Gran nivel de cantante.
El barítono
cubano chileno Homero Pérez-Miranda destaca en el rol para bajo del sumo
sacerdote. Voz potente y clara, imprime su propio sello dramático en la escena
del juicio a Radamés.
El bajo
peruano Carlos Martínez tiene una participación destacada como el Rey de Egipto.
También con potencia y buen control de la voz, destaca al nivel de sus pares
internacionales.
Destacadas
también las voces de Dángelo Díaz como el mensajero y Rosa Parodi como la
sacerdotisa.
El Coro
Nacional, si bien se distrae por momentos y no entra a tiempo, muestra gran
volumen y compenetración con la partitura. El Coro está permanentemente en el
escenario, y es separado por un telón transparente llamado siparietto. Hubiera
sido ideal que el Coro pueda también salir del escenario, ya que hay momentos
en que este debe cantar fuera de escena. Esto hace que hayan pasajes muy
fuertes y sin sutilezas en la interpretación.
El
director argentino Reinaldo Censabella debuta en Lima dirigiendo a la Orquesta
Sinfónica Nacional. Director con amplia visión y experiencia, logra sacar finos
momentos inspirados de las cuerdas y balance en los metales. Las trompetas en
el foso durante la Marcha Triunfal funcionan bien, aunque algo estridentes. La
OSN no es una orquesta que tenga un color brillante o demuestre gran cohesión.
Esperemos que con la gran actividad que ahora lleva pueda mejorar la calidad en
sus interpretaciones.
Aunque
han sido solo dos presentaciones, vale la pena disfrutar de una poderosa obra
como “Aida”, con cantantes de buen nivel y con una producción sobria y muy buen
lograda. Esperemos que se mantenga el mismo nivel de cantantes cuando veamos "Otello" en el Municipal en setiembre.
La última
función de "Aida" es este viernes 12 desde las 8 pm en el Gran Teatro Nacional.
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