Prolírica presenta estos días 'La Flauta Mágica', opera en dos actos, escrita por Mozart en 1791. Última opera del compositor, estrenada el mismo año de su muerte.
La puesta en escena es de Luis Alva, y la escenografía de Carlos Revilla. La orquesta dirigida por Oscar Vadillo.
Vadillo demuestra una lectura eficiente de la partitura, manteniendo tiempos uniformes, y nunca apresurándose. Si bien yo prefiero una lectura algo más vivaz y rápida, fue una versión limpia y correcta, pues la orquesta se mantuvo al mando de su director.
En la primera escena vemos a Tamino, las tres damas, y Papageno. Algo fríos, fueron desenvolviéndose mejor durante los próximos minutos. El aria de Papageno no fue especial, mas si la de Tamino ' Dies bildnis'. Excelente fraseo y proyección del tenor argentino Ricardo Mirabelli.
La aparición de la Reina de la Noche fue bien preparada, y la española Eugenia Enguita dejo fría a la audiencia con su, algo fría, pero bien segura interpretación de 'o zittre nicht'.
La aparición de Pamina, interpretada por Jackeline Terry, fue correcta y convincente, pues la voz le calza bien al papel. Lamentablemente no se puede decir lo mismo de la actuación, la cual aun carece de un desenvolvimiento pleno.
Monostatos fue cantado deplorablemente, aunque el personaje de alguna manera se gano la simpatía del público.
El Sarastro de Humberto Zavalaga fue correcto, y le supo dar la solemnidad que el personaje requiere. Buen trabajo del bajo nacional.
El corto papel de Papagena, estuvo siempre bien desarrollado por la soprano Ximena Agurto, y resulto muy simpático.
Xavier Hernandez hizo buenos esfuerzos actuando en los diálogos como Papageno, aunque personalmente me puso un poco nervioso el humor criollo q empleo, pero eso es tema de la traducción del guión. Sus mejores momentos fueron en los ensembles, y en el aria de las campanillas.
La Reina de la noche se volvió a robar al público, en el segundo acto, con ' Der holle rache'. El aria mas famosa de la opera, y que requiere gran esfuerzo, y notas muy altas. Aquí la española la interpreto perfectamente, además de ofrecer una actuación convincente al papel. Aunque debo decir que por ser tan joven y guapa, quizá no pudo convencer de que en realidad no era mas que la mala de la opera. Pero de que se robo el show, se lo robo.
Los 3 niños lamentablemente no estuvieron a la altura de sus roles en ningún momento. Habrá que trabajar más en sus partes.
Mi gran decepción fue la escenografía de Revilla. Un segundo acto, donde se supone transcurre en el templo, o cerca de el, y todo es tenebroso, y inspira miedo e incertidumbre a los personajes, es un lienzo de la pirámides de Egipto, rodeadas de palmeras y un cielo azul claro, digno d un paraíso. Imposible comprender el ver truenos, y escuchar a los cantantes diciendo: q horrible lugar! que es lo que pasara aquí!, etc. y el lienzo al final, una copia exacta de la que uso David Hockney para el Metropolitan en los ochenta, y que esta en DVD.
El coro desempeño un buen papel, siempre correcto, y sonido limpio.
La producción en general denota que se escatimo en gastos completamente.
En conjunto, un espectáculo que vale la pena ver, por sus bellas melodías, y su fácil digestión, al ser todas las partes habladas, en español, y las cantadas en alemán. Quedan 3 fechas: Martes 23, Jueves 25, y Sábado 27 en el Teatro Segura.
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