© Prensa Teatro Colón / Arnaldo Colombaroli. |
Legendario director y pianista Daniel Barenboim volvió con su Orquesta del Diván al Teatro Colón de Buenos Aires junto a estrellas como Martha Argerich y Jonas Kaufmann.
Por Gonzalo Tello desde Buenos Aires.
El mítico Teatro Colón de Buenos Aires, no solo una de las casas mas importantes de la ópera en el mundo sino el edificio con la mejor acústica del planeta, presenta un movimiento inusual. Largas colas, cámaras de televisión, celebridades como Ricardo Darín o Mirtha Legrand y público de toda clase se hace presente al evento mas importante del año: El Festival de Música y reflexión que trae en residencia al legendario director argentino Daniel Barenboim junto a su orquesta Del Diván Este-Oeste (WEDO), proyecto que une a jóvenes músicos israelíes y palestinos, llevando con éxito por el mundo un mensaje de conciliación a través de la música.
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La gran atención sobre este festival, que durante tres semanas presentó recitales de cámara y conciertos sinfónicos, fue la presencia de dos grandes solistas: Nada menos que la pianista Martha Argerich, una de las mas grandes del mundo y que una carrera de mas de cinco décadas confirma, volvía para beneplácito de sus compatriotas que la aclaman como estrella del fútbol cada vez que vuelve a la capital argentina.
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Luego de un exitoso recital a dos pianos junto a Barenboim, Argerich se presentó junto a la WEDO, dirigida por este, este para interpretar el famoso Concierto para piano y orquesta no. 1 en mi menor De Franz Liszt, uno de los mas virtuosos del repertorio y del que Argerich tiene una brillante versión referencial que grabó para la Deutsche Grammophon junto a Claudio Abbado y la Orquesta Sinfónica de Londres a fines de los 60.
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Esta vez su versión no fue tan vertiginosa. La WEDO y Barenboim interpretaron con tiempos lentos y balances pastorales, mientras que Argerich expresaba cada pasaje con diferente temperamento. A diferencia de otros escenarios, la acústica perfecta del Colón permite que el sonido del piano vaya en una linea paralela al de la orquesta acompañante, lo que le dio un carácter particular a esta versión. Con pasajes inspirados y una musicalidad perfecta, Argerich agradeció los largos minutos de aplausos. Finalmente ofreció como bis "Ondine", primer movimiento de la obra “Gaspard de la nuit” de Maurice Ravel.
La WEDO y Barenboim presentaron en estreno mundial la obra “Con brio” de Jörg Wirdmann, una pieza disonante que utiliza una escritura particular para cuerdas y metales y abusa de la percusión, siempre ejecutada como el nombre de la obra lo dice, de manera impetuosa. El programa terminó con una brillante selección de oberturas y música orquestal de óperas de Richard Wagner, compositor que Barenboim, de origen judío, defiende como titán de la música y del que es intérprete referente.
© Manuel Vaca / Teatro Colón |
El ultimo concierto de este Festival agotó localidades hace mas de tres meses, ya que marcaba el debut sudamericano del que es considerado el mejor tenor del mundo hoy, el alemán Jonas Kaufmann. El tenor muniqués de 46 años deslumbra en todos los teatros del mundo y había expectativa de escucharlo sobre este gran escenario.
© Prensa Teatro Colón / Arnaldo Colombaroli. |
Con maestría y mucha delicadeza, interpretó las “Canciones de un compañero de viaje” de Gustav Mahler, en el que destacaron sus pianos y exquisita dicción. Fue una grata sorpresa que luego de las ovaciones y salir varias veces a saludar, se animara a interpretar el aria de Siegmund "Winterstürme" de “Die Walküre" de Richard Wagner, y luego la bella canción “Träume”, que Barenboim interpretó al piano con profundo respeto. Barenboim y la WEDO completaron el programa con el tercer preludio de “Los Maestros Cantores de Nürnberg” de Wagner y la Sinfonía “Júpiter” de Mozart, en la que la orquesta demostró destreza, brillantez en los pasajes y un sonido fresco.
© Prensa Teatro Colón / Arnaldo Colombaroli. |
El Teatro Colón posee mas de un siglo de importante legado, en que los mas grandes intérpretes de la historia han dejado su huella en el recinto. La presencia de solistas como Barenboim, Argerich y Kaufmann, en memorables presentaciones, reafirma esta tradición.
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