Foto de archivo |
Por Hugo Valdivia, desde Santiago
para Opera Perú
En el
año 1984 el Concurso de ejecución musical Luis Sigall en la ciudad de Viña del
Mar tenía mención en canto y sucedió un inusitado evento durante el final: el
público enardecido las embestía contra el jurado ya que dejaban en segundo
lugar a la favorita del público. Esa favorita era Renée Fleming.
De la
ganadora nunca más se supo. Pero luego de este complicado debut en el país regresa luego de 28 años la ahora célebre soprano norteamericana a pisar un
escenario chileno.
El
concierto contó con la participación de la Orquesta Filarmónica de Santiago
bajo la dirección del Maestro José Luis Domínguez y luego de la enérgica
obertura "Guillermo Tell" de Rossini la soprano comienza su participación con una
selección de tres canciones de Joseph Canteloube del extenso ciclo "cantos de
Aubergne".
Algo
de sorpresa hubo en el público ya que la
estupenda soprano se escuchaba algo apagada en esta selección. Su voz se perdía
en medio de las sonoridades del acompañamiento y el tercio más grave de su registro
era a ratos inaudible, algo complicado ya que las sonoridades de la lengua
occitana de las canciones exige a menudo largo pasajes en esa parte del
registro.
De
inmediato una efervescente "aria de las joyas" del "Faust" de Gounod nos trajo a
la soprano que todos esperábamos.
Luego
de una pausa con la obertura de "El Murciélago" de Johann Strauss Jr, Fleming presentó dos lieder de
Richard Strauss: "Morgen" y "Zveignung", donde la soprano hizo gala de toda su finura
y un notable fraseo, logrando encender al público coronando esta primera parte. La "canción de la Luna" de la "Rusalka" de Dvorak, donde la ovación general estalló
luego de una delicada interpretación donde la soprano derrochó pianísimos y la
delicada finura de la parte alta de su registro.
En la
segunda parte, Fleming hizo gala de su enorme capacidad interpretativa con una
sentidísima interpretación de la "canción del sauce" y el "ave maría" del "Otello" de
Verdi ,donde su voz pasó de la melancolía extrema a una especie de éxtasis que
obtuvo la mayor ovación de la noche.
Continuó
con una selección de dos arias de "La Boheme" de Leoncavallo en que una vez más
la dulzura del timbre aportó un nuevo encanto a esas poco interpretadas arias, especialmente en la segunda, "Mimi pinson, la biondetta".
Termina el programa con "Io son l’umile ancella" de la "Adriana Lecouvreur" de Cilea en que
una vez más su habilidad para los pianísimos, que la convirtieron en un
referente en la interpretación de los
roles del melodrama románico italiano durante los noventa y comienzos de este
siglo, coronaron una interpretación que casi parecía una declaración de
principios canoros.
Luego
de la larga ovación y lluvia de flores con que fue premiada Renée, esa noche
regaló tres 'encores' comenzando con "Summertime" de "Porgy and Bess" de Gershwin que
fue interpretada en forma muy lenta y a plena voz. Luego apoyándose en el uso
de micrófono entregó el "Allelujah" del
poeta y cantautor canadiense Leonard Cohen, y finalizó con "O mio babbino caro" del "Gianni Schicchi" de Puccini.
En
general una velada que fue de menos a más habida consideración que este
concierto forma parte de una gira iniciada en Rio de Janeiro el 4 de noviembre y
que continuó en Sao Paulo con dos funciones. Otra en Buenos Aires, antes de
llegar a esta versión santiaguina lo que puede significar un cierto cansancio. La gira continúa en Quito y Bogotá para terminar el día 20 en Guayaquil. En general se echó de menos la interpretación de alguna selección de aquellos roles que la
han hecho célebre en la ultima década, como aquellos de Rossini o Donizetti, sin
que aquello merme el triunfo de Renée Fleming en Chile, ese triunfo que le fue
negado en 1984.
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