20 noviembre 2012

"El Diluvio de Noé", ópera para niños en un fastuoso montaje

Fotos: Ministerio de Cultura

Por Gonzalo Tello (Operaperu.com)

Muchas veces el término "ópera para niños" nos remite a muchos prejuicios: Que son historias muy simples, fáciles específicamente para un público infantil y ‘naive’, con música muy fácil y sosa, y que resulta aburrida para los adultos. Nada más lejano de la realidad cuando se decide poner en escena una producción con música exigente, como la es la del compositor británico Benjamin Britten.

Britten, nacido el 22 de noviembre de 1913 (en un par de días cumplirá 99 años, y el próximo año será su centenario) y fallecido en 1976, fue un compositor de ópera y música académica que llegó muy alto y hoy es considerado como de los más importantes compositores británicos del siglo XX. Ha escrito mucha música de cámara, oratorios, por supuesto óperas, siendo “Peter Grimes”, “Billy Budd” y “Sueño de una noche de verano” sus obras cumbre y de las más representadas en nuestros días. Britten se destaca sobre todo por su profundo interés en difundir la música en los más jóvenes, escribiendo una “Guía de orquesta para jóvenes” en 1946. “El Diluvio de Noé”, ópera escrita para coro de niños y solistas, requiere una orquesta de cámara, incluso para músicos amateur. Es una obra que utiliza la bíblica historia del pastor que ante un llamado de Dios, construye un Arca lo suficientemente grande para albergar a todas las especies animales, ya que Dios manda un diluvio que acabará con la humanidad, llena de pecado.


“El Diluvio de Noé” es una excelente idea para que el Coro Nacional de niños del Perú, dirigido por Mónica Canales inicie su primera temporada en el Gran Teatro Nacional. Excelente pues pedagógicamente es una obra que le da oficio y experiencia a los niños, y contiene música agradable para la joven audiencia, siendo esta para nada simple, pues contiene por momentos una estructura compleja, tanto para las voces como los instrumentos. Junto al Ensamble “Artifex”, un conjunto de cámara dirigido por Javier Sunico y solistas internacionales junto a jóvenes cantantes peruanos, presentan un espectáculo que sorprende y satisface, ya que se utilizan todos los recursos de este moderno teatro, algo muy poco usual, ya que producciones de este tipo no han tenido la suerte de utilizar un escenario tan moderno y que impacte en la audiencia. Esa es la gran ventaja que tiene hoy los elencos nacionales y que aporta con creces a sus interpretaciones.


La dirección escénica y escenográfica recaen sobre el cantante y regista venezolano Víctor García Sierra, quien ha visitado varias veces Lima anteriormente para presentarse en las temporadas de ópera de Prolírica. García Sierra opta por escenarios minimalistas llenos de color, y con una propuesta dramática y exigente para los adultos como para los mismos niños. Los movimientos por momentos son dramáticos, expresivos y definen a los diversos personajes de una manera clara. Mucho profesionalismo respalda el trabajo de García Sierra, quien debuta en Lima como director escénico y nos trae una mirada fresca, poco convencional y muy atractiva en esta obra.

La iluminación del GTN debe ser la mejor que tenemos en el país, la cual es de última generación y funciona a un nivel óptimo y está perfectamente coordinada con la acción en escena. Además, los tres ascensores del escenario permiten mostrar de manera espectacular los cambios de escena y sobretodo la aparición del Arca. El foso con la orquesta sube al nivel de la platea varias veces para permitir el movimiento de los cantantes, los cuales utilizan todo el espacio del teatro.


El mismo director, Víctor García Sierra, interpreta a Noé de manera contundente e histriónica, pensando en la idealización del personaje que tienen los niños. La mezzosoprano cubana Caridad Herrera interpreta el breve rol de la esposa de Noé, con temperamento y buena musicalidad. Los hijos de Noé y sus esposas, interpretados por Noé Valdivieso, Israel Díaz, Oscar Cuya, Elisabeth Guerrero, María Luisa Bringas, y Zamy Juárez, son jóvenes cantantes que en conjunto logran una buena interpretación musical y escénica, aprovechando una buena oportunidad para madurar en la carrera lírica. Los personajes de las chismosas, interpretadas también por jóvenes cantantes, logran un efecto contundente expresando los vicios y el lado diabólico en que ha caído la humanidad.


El Coro Nacional de niños denota que ha trabajado con esmero, sobretodo la parte escénica. Contrariamente a lo que podría pensarse de un elenco tan joven y sobretodo tan numeroso como este (más de 120 cantantes), El nivel alcanzado es de destacar, y se nota el entusiasmo en el trabajo, y sobre todo la concentración y coordinación entre ellos. El Coro está presente en su totalidad interpretando a los animales que van al Arca, niños del pueblo hebreo, y también como las olas del diluvio.

También hubo puntos que se deben revisar y considerar. Si bien esta obra es cantada en español muy entendible, así como en la zarzuela es importante considerar los subtítulos, pues la lírica muchas veces no es comprensible por adultos, menos por niños, y esto puede hacer que se pierda la continuidad del texto. Por otro lado, si bien son ideas originales y espectaculares, la propuesta de los niños interpretando las olas del diluvio y la forma como las aves cuelgan del techo se ven deslucidas y le quitan fuerza a la obra. Los vestuarios de la reconocida diseñadora Sumy Kujón son funcionales aunque por momentos se ven muy simples, algo que con iluminación se puede arreglar. Muy bonitos esos si los diferentes vestuarios de los animales, los cuales llevan un gorro y estilo de acuerdo a las diversas especies.


“El Diluvio de Noé” es un espectáculo que impresiona a grandes y chicos. Para mi fue una experiencia peculiar, por no decir "atemorizante", estar sentado en un teatro tan lleno de niños, siempre inquietos y curiosos. Estos, iniciada la obra, la siguieron atentos, y muchos de ellos con cara de asombro ante tal despliegue escénico y de color. Muchos de ellos habrán salido impresionados y querrán volver al teatro con entusiasmo. Los precios son realmente bajos lo cual lo hace accesible a mucha gente y ese es otro punto a destacar en la propuesta del Ministerio de Cultura.

Todavía quedan dos funciones este sábado y domingo a las 11:30 am en el Gran Teatro Nacional de San Borja. Esperamos una reposición en 2013, para celebrar en el centenario a Britten.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Una exelente produccion asi como las bodas de figaro, no soy mucho de ir a la opera por altos costos no soy musico pero si fanatica de la opera, pero los precios estan acequibles por eso me anime, y la puesta de scena de las bodas de figaro minimalista es algo que nunca se ha visto en Peru. Agradesco al Ministerio de Cultura y al Gobierno por darnos esta grandiosa oportunidad. Quien iva a poder soñar tan pronto que tendriamos Opera Nacional con inversion del Estado! Es algo que debemos aplaudir. La cultura es para todos y la unica forma de cambiar al Pais.
Ojala el otro año hagan temporada tambien! Bravii para todos
Atte
Eliana G.

Anónimo dijo...

Tuve el agrado de ver la Opera y me pareció un gran espectáculo artistico y despertador de conciencias para los niños.En cuanto a los vestuarios, coincido con usted, muy simples por parte de Sumy Kujon, pero si aplaudo a Amiel Cayo y Ana Gladys Arce por el diseño y realización de las máscaras. Espectáculos así deberían haber más en Lima.

Anónimo dijo...

Felicitaciones a la producción, concuerdo con el comentario del señor Tello completamente, las voces de los niños, la iluminación, etc son excelentes, pero también debieron coordinar la parte del mar, se desluce y nos pone tensos al saber si colocarán o no el armado para agitar las olas, punto a parte es el ruido terrible que hace el riel que los traslada, en mi humilde opinión pudo ser reemplazada por alguna bailarina de ballet, a los niños les encanta!! la escena de ingreso de los animalito es lo mejor!! muchas felicitaciones!!