(EFE) El Festival de Ópera Richard Wagner de Bayreuth (Baviera) se quedó sin solista para 'El Holandés Errante', la ópera que abre la temporada del elitista certamen el próximo miércoles, al revelarse que el contratado, el barítono ruso Evgeny Nikitin, llevó tatuada una cruz gamada nazi.
El propio Nikitin anunció este sábado en un comunicado su renuncia a interpretar la obra, tras admitir que no había caído en la cuenta de las "irritaciones" que podía desatar, "especialmente en un lugar como Bayreuth", en alusión al papel desempeñado por el festival durante el nazismo.
El barítono ruso iba a ser la estrella de la apertura del festival al que se espera acuda, como todos los años, Angela Merkel y representantes de todo el ámbito parlamentario alemán, desde conservadores como la canciller a socialdemócratas y verdes, así como la plana mayor de la política bávara.
Ya esta semana, el popular diario 'Bild' ilustró un reportaje sobre el festival con varias fotografías del barítono, una de ellas de su anterior etapa como integrante de una banda de "heavy metal", en las que se destacaba que va tatuado de pies a cabeza, sin más.
A ello siguió un reportaje del programa cultural 'Aspekte' de la televisión pública ZDF, este viernes, con imágenes de esa etapa, en las que aparece con la cabeza rapada en el mejor estilo 'skin' y una cruz gamada nazi en el tórax, actualmente desdibujada con un tatuaje hecho con posterioridad en ese mismo lugar.
"Fue un error de juventud del que me he arrepentido muchas veces", explica el cantante en su comunicado.
Gran presencia escénica
Según parece, la dirección de Bayreuth no había caído en la cuenta de ese símbolo y contrató al barítono "por su calidad interpretativa" y "gran presencia escénica", explicaron fuentes del festival.
El relevo, a cinco días del estreno, del solista 'El Holandés errante' reaviva el tema más "clásico" de Bayreuth: las relaciones con el nazismo de un festival que los herederos de Wagner pusieron a los pies de Adolf Hitler.
El antisemitismo acompaña el apellido Wagner desde tiempos del compositor, que nunca disimuló su antipatía por los judíos, aunque su exponente más extremo fue Winifred Wagner -nuera de Richard-, quien dirigió el festival entre 1931 y 1944, es decir, los años del Tercer Reich.
Winifred Wagner, ferviente adoradora de Hitler, entregó el festival al nazismo, que recompensaba a los heridos de guerra y oficialesdistinguidos por sus acciones con entradas a la ópera.
Restaurar la imagen
Sus hijos, Wolfgang y Wieland, se encargaron de reflotar el festival fundado por su abuelo en 1896 y en las décadas posteriores restauraron su imagen, pero año a año resurge el tema por algún motivo.
'El holandés errante' es el único estreno de la presente temporada, a la espera de que en la próxima se dé un nuevo empuje al festival porcoincidir con el 300 aniversario del nacimiento del compositor.
Justo este domingo se abre al público una exposición, organizada por la Casa Wagner de Bayreuth -residencia de Hitler en sus visitas a la ciudad-, titulada 'Voces silenciadas. La expulsión de los judíos de la ópera entre 1933 y 1945'.
La muestra, dividida en dos partes, aborda la discriminación sufrida por los músicos judíos durante el régimen nazi a partir de 44 casos de conocidos compositores, directores y solistas proscritos durante el nazismo.
Uno de los apartados, titulado 'Los festivales de Bayreuth y los judíos entre 1876 y 1945' analiza partiendo de cuatro fechas concretas -1889, 1912, 1924 y 1933- la evolución del festival hasta convertirse en brazo "operístico" de la propaganda nazi.
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