Berlín. (EFE).- El compositor alemán Hans Werner Henze, uno
de los más influyentes de la segunda mitad del siglo XX, murió hoy en Dresde
(este de Alemania) a los 86 años de edad, informó su casa discográfica Schott
Music.
"Hans Werner Henze, uno de los más versátiles e
influyentes compositores de nuestro tiempo ha muerto", comunicó la editora
en una extensa nota en su página web, que no precisa la causa del
fallecimiento.
Henze alcanzó la fama tanto por su extensa obra musical,
especialmente sus composiciones para teatro, como por su gran compromiso
político, denunciando el nazismo y defendiendo con igual pasión el comunismo.
Su extenso trabajo musical incluye cerca de 40 obras para
teatro, óperas, diez sinfonías, conciertos, obras de cámara, oratorios y un réquiem
compuesto por nueve conciertos sagrados.
"Muchas cosas deambulan desde la sala de conciertos al
escenario y viceversa", aseguró Henze en una ocasión.
Según la nota de su casa discográfica, lo verdaderamente
"único" de este amplio trabajo "es la unión de la belleza
atemporal y el compromiso contemporáneo".
Entre las cumbres de su creación destacan sus colaboraciones
con el poeta austríaco Ingeborg Bachmann, con quien compuso El príncipe de
Homburg (Der Prinz von Homburg, 1958-59) y El joven Lord (Der junge Lord, 1964)
y los dramas musicales Elegía para jóvenes amantes (Elegy for Young Lovers,
1959-61) y Los Bassarids The Bassarids, 1964-65).
Su compromiso político surgió de la mano de las enseñanzas
de su padre, un maestro de escuela, y se ahondaron con sus experiencias como
prisionero de guerra en la Alemania nazi de Adolf Hitler.
Más adelante se involucró políticamente en las revueltas de
1968 y la revolución cubana, y decidió traducir su compromiso en un nuevo
lenguaje musical.
Fruto de esta determinación nacieron obras clave en su
trayectoria como compositor como Vamos al río (We come to the River, 1974-1976)
o su novena sinfonía, una obra coral en siete movimientos basada en la novena
"La séptima cruz" de Anna Seghers, un monumento contra el fascismo y
la guerra.
En 1976, Henze fundó la Cantiere d'Arte en Montepulciano
(Italia) y en 1988, la Biennale de Múnich, de las que fue director artístico
hasta 1994.
Henze nació el 1 de julio de 1926 en Gütersloh (noroeste de
Alemania) y fue educado desde joven en una perspectiva socialista de la mano de
su padre, durante la convulsa república de Weimar, un período especialmente
turbulento en la historia de Alemania que antecedió a la ascensión del
nacionalsocialismo.
Tras la llegada de Hitler al poder en 1933, Henze comenzó a
llevar una vida doble, estudiando por la mañana en un conservatorio el
currículo oficial y tocando música de cámara en una casa de una familia en
parte judía.
Su padre murió en el frente oriental durante la II Guerra
Mundial y Henze fue movilizado de forma forzosa en 1944, con el Ejército alemán
ya en retroceso, y terminó encarcelado en un campo de prisioneros de guerra
británico.
Su compromiso político y sus apuestas musicales lo separaron
de sus colegas alemanes y en 1953 se trasladó a vivir a Italia, donde fijó su
residencia hasta poco antes de su muerte.
La música "es lo opuesto al pecado: es la redención, la
tierra prometida", aseguró Henze.
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