(Publicado en la web de Radio Filarmonía) Nacido en Londres el 18 de abril de 1882, Leopold Stokowski se formó en el Royal College of Music, teniendo como maestros a Hubert Parry y Charles Stanford entre otros. Luego estudió en el Queen"s College de Oxford y en instituciones musicales de París, Berlín y München. Debutó como director en la capital francesa en 1908 y en Londres, un año más tarde. Hasta entonces sólo había trabajado como organista y director de coros. Representantes de la Orquesta Sinfónica de Cincinnati, que buscaban un nuevo director, vieron su debut en París y lo recomendaron para el puesto. Stokowski fue aceptado y de inmediato comenzó con cambios de personal, programas que incluían música contemporánea y nuevas normas que afectaron toda la vida musical de la ciudad. Allí permaneció hasta que en el año 1912 inició la carrera que durante un cuarto de siglo lo tuvo con la Orquesta de Filadelfia.
Tal como en Cincinnati, Stokowski concretó una serie de drásticos cambios en la Orquesta de Filadelfia, pero el resultado final no pudo ser mejor. La agrupación se convirtió en una de las más brillantes a nivel mundial, rivalizando incluso con grandes orquestas europeas como la Filarmónica de Berlín. Entretanto se fue forjando una popularidad sin precedentes para sí mismo y la música que dirigía, gracias a la fuerza de su personalidad y la elegancia de su imagen. Mejoró los estándares técnicos y las cualidades tonales de sus dirigidos hasta el punto de ser etiquetado como "sonido Filadelfia" el especial estilo desarrollado en esta época, un estilo que explotaba mayores rangos de dinámica y recurría a distintas disposiciones del conjunto. Mientras trabajaba en esto, Stokowski obtuvo en 1915 la ciudadanía estadounidense y en 1929 dejó de lado el uso de la batuta.
Desde sus inicios Stokowski demostró inclinaciones teatrales y un gusto tanto por el espectáculo como por la publicidad. Ello también lo demostró en sus numerosos conciertos para niños, como en una oportunidad en 1921, cuando decidió presentar El Carnaval de los Animales de Saint-Saëns con tres elefantes, tres ponyes y un camello en el escenario. En otra ocasión, al saber que un policía de Filadelfia era un experto xilofonista, concibió la siguiente escena: mientras Stokowski dirigía una obertura de Mozart a un tempo mucho más rápido, el policía aparecía en su motocicleta, le advertía de lo rápido que estaba tocando y le cursaba una multa. Stokowski preguntaba cómo podía evitar la multa y el policía decía "bueno, si me deja tocar una pieza con su banda...". Traían al escenario el xilófono y juntos interpretaban una brillante versión de El vuelo del moscardón de Rimsky Korsakov... Demás está decir que todos aquellos conciertos para niños se agotaban y sólo se permitía ingresar un mínima cantidad de adultos.
A Stokowski también le fascinó Hollywood. Apareció en The Big Broadcast of 1936, al año siguiente con Deanna Durbin en 100 Men and a Girl y en 1947 en Carnegie Hall, donde conducía a la Filarmónica de Nueva York en una apasionada versión de extractos de la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky. Pero fue en la película Fantasía donde realizó su mejor rol, desde una influencia determinante en la selección de la música y en el concepto pictórico, hasta participar en la misma cinta al lado del ratón Mickey. En enero de 1938 formó una orquesta para grabar El Aprendiz de Brujo (la única parte donde no toca con la Orquesta de Filadelfia) y con ello se inició este proyecto que desembocó en una producción que quedó completa en 1941. Fantasía no sólo implicó una experimentación visual y de animación, sino también una sonora, ya que las grabaciones de la música y los efectos fueron producidos en un rudimentario sistema de estereofonía.
Los experimentos de Stokowski se hicieron famosos, como por ejemplo la vez en que probó efectos de iluminación con un solo reflector enfocado sobre su melena y sus manos en una sala oscurecida, un efecto que tuvo que ser descontinuado porque los músicos no podían leer las partituras. Por esos años también se interesó por la acústica y la electrónica, siguiendo cursos en Nueva York, París y Berlín. El 22 de octubre de 1917 llevó a cabo su primer registro con la Orquesta de Filadelfia, una grabación acústica donde los músicos tuvieron que colocarse alrededor de una bocina grabadora. De ese tipo realizaron unos 450 registros pero solamente 66 se aprobaron. El 29 de abril de 1925 hicieron la primera grabación eléctrica de una orquesta sinfónica y más tarde el primer disco Victor con una sinfonía completa, la Nuevo Mundo de Dvorak. Dos años después grabó por primera vez su transcripción de la Toccata y Fuga en re menor de Bach, que se transformó en un best-seller a nivel nacional y que grabaría seis veces más en los siguientes 45 años.
Stokowski y la Orquesta de Filadelfia también fueron los primeros en interpretar transmisiones radiales de orquesta sinfónica con auspicio comercial en los EEUU. Se iniciaron el 6 de octubre de 1929 y se emitieron por 50 estaciones de la NBC. Además de escribir el libreto y dar comentarios radiales, Stokowski insistió en manejar los controles de audio desde el podio. En 1931 otra serie de conciertos, de 90 minutos cada uno, se difundió por 71 radioemisoras. Bell Laboratories también se interesó por transmitir música sinfónica e instaló un elaborado equipamiento en la Academia de Música de Filadelfia, lo que permitió a Stokowski explorar por primera vez las posibilidades del sonido estereofónico. Bell desarrolló un método para emitir música a través de cables telefónicos que en 1933 lo experimentó con Stokowski, siendo repetido en el Hollywood Bowl en 1935 y en el Carnegie Hall en 1940.
Otro de los grandes intereses que ocupó a Stokowski durante toda su carrera fue presentar música moderna. En 1910 asistió al estreno de la Octava Sinfonía de Mahler, conducida por su autor en München, y obtuvo los derechos para efectuar el estreno en los EEUU. Esto tuvo lugar en marzo de 1916 con todo lo solicitado por la partitura: un coro de 1000 voces, una orquesta ampliada y ocho solistas vocales. Las localidades para sus nueve ejecuciones en Filadelfia y otra en el Metropolitan de Nueva York se agotaron, tal como sucedió después con el estreno americano de los Gurrelieder de Schoenberg, en abril de 1932, al presentarse tres veces en Filadelfia y una en Nueva York. En 1971 se calculó que, hasta entonces, Stokowski había conducido más de 2000 estrenos en cerca de 7000 conciertos, en su mayoría nuevas obras de compositores estadounidenses, pero también partituras de Rachmaninov (la tercera sinfonía, el cuarto concierto para piano y la Rapsodia sobre un tema de Paganini), Varese (Ameriques, Arcana) y las premieres en el país norteamericano de La Consagración de la Primavera de Stravinsky, Wozzeck de Berg y la música orquestal de Schoenberg.
Después de dos temporadas de dirección conjunta en Filadelfia con quien llegó a ser su sucesor, Eugene Ormandy, Stokowski dejó el puesto en 1938 para continuar una carrera en forma independiente. Fundó entonces otras orquestas, como la All-American Youth Orchestra (1940), la New York Symphony (1944), la Hollywood Bowl Symphony (1945) y, tras cinco temporadas como principal conductor de la Houston Symphony (1955-60), la American Symphony Orchestra (1961). En 1951 comenzó una serie de giras europeas como director invitado que incluyó el primer concierto que realizaba en Londres desde 1912, y en 1972, a los 90 años, repitió dos veces el mismo programa que había conducido con la London Symphony 60 años antes. El maestro continuó apareciendo en la sala de conciertos hasta 1975 y grabando hasta 1977. Así cumplía sesenta años realizando registros fonográficos, desde su primer disco en 1917 hasta este último, unos meses antes de su muerte, para sellos como RCA Victor, Columbia, Capitol, Vanguard y Decca/London.
Stokowski llegó a ser una figura controvertida debido a sus transcripciones para orquesta de obras de Bach y otros compositores, así como por su persistencia en revisar la instrumentación de conocidas partituras de autores desde Beethoven y Brahms hasta Wagner y Puccini (cuya obra Turandot fue la única ópera que condujo en el Metropolitan). Mucho mejor recibidos fueron sus constantes experimentos con la disposición orquestal para mejorar la calidad tonal, y sus investigaciones en acústica y electrónica que significaron avances considerables en las técnicas de grabación y transmisión radial. Con todo esto en mente, es lógico que el producto musical de Stokowski, en vivo y sobretodo grabado, fuera poco ortodoxo, en cierto grado sorprendente y nunca menos que estimulante.
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