16 junio 2014

Fallece el maestro Rafael Frühbeck de Burgos

Juan Carlos Cárdenas - EFE
(EFE) El maestro Rafael Frühbeck de Burgos ha fallecido este miércoles en Pamplona a los 80 años a causa de un proceso canceroso que había obligado a su hospitalización en una clínica de esa ciudad el pasado 13 de abril, han informado a Efe fuentes próximas a la familia.
Frühbeck de Burgos, nacido como Rafael Frühbeck Frühbeck en la ciudad de la que tomó el apellido el 15 de septiembre de 1933, está considerado como el director de orquesta español con mayor prestigio internacional desde Ataúlfo Argenta, y en la actualidad era titular de la Orquesta Sinfónica de Dinamarca y director emérito de la Orquesta Nacional de España.
A lo largo de su carrera dirigió más de un centenar de orquestas en Europa, Japón, Estados Unidos y Canadá, y su talento fue reconocido en estos dos últimos países, donde ha subido al podio de las filarmónicas de Nueva York, Los Ángeles, Filadelfia y las orquestas sinfónicas de Cincinnati, Boston, Pittsburgh, San Luis, Chicago, Toronto y Montreal.

Rafael Frühbeck de Burgos, "el incansable", gozaba de la misma fama que coetáneos como Maazel o Mehta gracias a una carrera internacional de excelente arquitectura, rigor y "chispa", defendida con tanto tesón como "la marca" España, que predicó cuando el país musicalmente no era más que una entelequia.

De verbo brillante y fuerte carácter, el director que más veces se ha puesto al frente de la Orquesta Nacional de España (ONE), en torno a 500, siempre ha presumido de nacionalidad y ha contado complacido el porqué de su apellido a la vez que ha aprovechado la circunstancia para hacer una defensa cerrada del potencial del talento musical español.
 El maestro se añadió el "de Burgos" porque al "comisario político" de los años 50 le parecía "muy extranjero y casi sospechoso" lo de "Frühbeck Frühbeck", aunque él hubiera nacido en la ciudad castellana, en la que su padre, un óptico, se había establecido "maravillado" por su clima y a la que llevó a vivir a la que entonces era su novia, además de prima.
 Frühbeck, con 110 conciertos de media al año, había conseguido superar la "edad fatídica" para los directores de los "cuarenta y tantos" -"se mueren muchos de infarto", dice-, y ha gozado desde los 60 de "una nueva juventud" y muchas glorias profesionales aunque siempre ha pensado que "lo bueno" está por venir porque la música, argumenta, es "eterna e inacabable". Este "marco polo" del 33, con giras de 30.000 kilómetros en un mes siempre cargado de kilos de partituras, ha sido siempre un prodigio de "impulso vital".

No le cansaban los viajes sino los aviones y aguantaba conciertos larguísimos sin dar nunca muestras de agotamiento...hasta el pasado 15 de marzo, cuando sufrió un vahído mientras dirigía a la Sinfónica de Washington, en el Kennedy Center de la capital estadounidense

Frühbeck empezó a mostrar signos de cansancio a las dos horas de dirigir y cuando faltaban diez minutos para que concluyera Pini di Roma, de Respighi.
Se apoyaba cada vez más en la barandilla del podio y pareció que se iba a caer aunque consiguió recuperarse y concluir, ya sentado, la pieza y luego levantarse para recibir una ovación "increíble" del público.

Al regresar a España, se puso en manos de su hija e hijo, ambos médicos, e ingresó en una clínica de Pamplona, donde estuvo hospitalizado a causa del proceso canceroso que llevó a anunciar, "con gran dolor", su retirada definitiva de los escenarios porque no puede afrontar sus compromisos profesionales "de manera óptima".

Temprano intérprete de Haydn y Mozart y entregado a "sus" clásicos, de Beethoven a Bach, de Korsakov a Ravel, pasando por Albéniz y Turina -que también ha orquestado-, aquella noche en Wasghington interpretó piezas de Debussy y Rachmaninoff con el plato fuerte de El amor brujo de Falla.

Pero el que le gustaba especialmente es el "Requiem" de Brahms, que dirige de memoria, porque, según decía en una entrevista con Efe, le acerca "sin temor" a la muerte.

Su curiosidad musical no se vió nunca saciada y es "muy partidario" de contemporáneos como Claudio Prieto, Antón García Abril, José Peris, con el que coincidió en Munich, Luis de Pablo, Tomás Marco, Cristóbal Halffter, Lorenzo Martínez Palomo o el vienés Rainer Bischof.
Director musical de orquestas de "fuste" e invitado habitual en las mejores del mundo, el que fue director, de 2004 a 2011, director titular y artístico de la Dresden Philharmonic lo era desde 2012 también de la Danish National Orchestra.
Frühbeck llevaba  a sus espaldas decenas de interpretaciones de la "Novena" de Beethoven, que le conmueve porque esta "banda sonora de la humanidad y la superación" consigue, como pocas, conectar con el público.

La Orquesta y Coro Nacionales de España (OCNE), que dirigió entre 1962 y 1978 y de la que es titular emérito, anunció el pasado mes el lanzamiento de su sello discográfico con la "magnífica" versión de Carmina Burana como primer título de la colección, porque, a pesar de su intensa relación, no había hasta la fecha ningún registro fonográfico con él.


Iba a ser el invitado estrella de la presentación, como lo sería del título que tenía previsto dirigir en el teatro de la Zarzuela, Los diamantes de la corona, de Barbieri, en noviembre, porque su cabeza y su agenda seguían hasta ahora en plena forma, pero el cuerpo, como él dijo recientemente, "ha aguantado hasta donde ha aguantado y Dios ha querido".

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