Su obra más conocida es la Tercera Sinfonía, llamada "Sinfonía de las lamentaciones", para soprano y orquesta, compuesta en 1976. Una grabación de la obra en 1992 vendió más de 2 millones de discos.
VARSOVIA (AP) — El compositor clásico polaco Henryk Mikolaj Gorécki murió el viernes a causa de una grave enfermedad, informó una directora orquestal. Tenía 76 años.
Joanna Wnuk-Nazarowa, directora de la orquesta de Radio Polonia, dijo a la AP que Gorecki murió el viernes en la unidad de cardiología del hospital de Katowice, en el sur de Polonia.
Su obra más conocida es la Tercera Sinfonía, llamada "Sinfonía de las lamentaciones", para soprano y orquesta, compuesta en 1976. Una grabación de la obra en 1992 vendió más de 2 millones de discos.
Wnuk-Nazarowa dijo que ella y el compositor Krzysztof Penderecki visitaron a Gorecki en el hospital el miércoles.
"Penderecki se empeñó en visitarlo", dijo Wnuk-Nazarowa. "Tratamos de bromear, Penderecki prometió que dirigiría 'Beatus vir' (de Gorecki) para el cumpleaños número 80", que ambos cumplirían en 2013.
Sus primeras obras fueron vanguardistas, pero más adelante en su carrera Gorecki fue influenciado por la música polaca y temas de la historia de su país, reflejados en obras como "Lamentaciones". En el segundo movimiento, el compositor pone música a una oración escrita por una prisionera en el muro de su celda de una cárcel nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
"Beatus vir" (Santo varón) fue comisionada por Karol Wojtyla antes de que fuera coronado papa Juan Pablo II, para conmemorar los 900 años de la muerte del mártir Estanislao, obispo de Cracovia, luego canonizado. Se trata de un salmo para barítono, coro y orquesta.
Gorecki nació el 6 de diciembre de 1933 en Czernica, en la región minera de Silesia en el sur de Polonia.
Le sobreviven su esposa Jadwiga, profesora de piano; su hija Anna Gorecka-Stanczyk, pianista, y su hijo Mikolaj Gorecki, compositor.
2 comentarios:
Una verdadera pena que en el Perú su muerte haya pasado desapercibida. Adiós maestro.
Sin embargo, aquí le dimos un espacio bien merecido
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