11 enero 2009

'La Rondine' desde el Metropolitan Opera. 10 de enero 2008

Por Gonzalo Tello

La Rondine es llamada la ‘opereta’ de Puccini, y literalmente lo es en estilo o en origen. El teatro Carl de Viena le encargo una ‘opereta al estilo vienes’ al compositor, en el mejor momento de su carrera. En cambio, Puccini les entregó una ‘ópera cómica’ que no contendría momentos hablados. Lamentablemente los factores políticos y circunstanciales como la primera guerra mundial la hicieron un fracaso comercial, mandándola al archivo.

Gheorghiu y Alagna, ya se ha dicho muchas veces, son los principales promotores de que esta opera resurja de los anales del olvido. Una grabación dirigida por Antonio Pappano, y una producción hecha por Nicolas Joel en Covent Garden, dieron el pretexto para que Peter Gelb acepte montar esta producción para ambos esta temporada en el Met.

Esta opera en tres actos, habla básicamente del amor, lo exalta a través de arias, coros y pasajes de gran belleza y profundidad, que nos hacen olvidar a ese Puccini lleno de angustia, muertes y tragedias, para meternos en una nueva experiencia con un estilo musical muy conocido.

El primer acto es el mas teatral y en mi opinión el mas bonito. Se va definiendo los personajes y se plantea la acción que habrá de venir. El segundo acto es el clímax del amor de los protagonistas y de cada personaje que a través de coros y conjuntos, expresa individualmente sus propias experiencias y sensaciones, dándole un sentido unitario y universal. Si bien el tercer acto es el del desamor por la estabilidad económica y social, no deja de vender la misma idea, pues, irónicamente uno siempre admira y busca el amor, a pesar que al tenerlo en frente lo rechacemos por otras prioridades.

Magda y Ruggero no son los principales actores y artífices de la trama. La presencia de los secundarios Prunier y Lisette le dan la frescura que la opera requiere para este propósito. El primero, poeta que inspira el destino de Magda, y la segunda, la criada con alto autoestima y seguridad que traen la comedia y la sátira al cuento.

Peter Gelb, antes de empezar la obra, salio a escena a anunciar que Angela Gheorghiu salía de un resfrío, y por eso su performance podía no ser la mejor. Esto no parecía del todo cierto, porque Gheorghiu se vio en plena capacidad, especialmente en el segundo acto, donde se lucio en el conjunto, en los pasajes más difíciles. Alagna estuvo adecuado y muy a su estilo en cada interpretación, aunque bastante estático, algo que supero en el ultimo acto, donde se lo vio mucho mas histriónico. Ambos protagonistas, cabe recalcar, no llegaron a conectarse entre si, dejandose llevar por Puccini sin dar nada especial de si mismos, especialmente Gheorghiu, quien parecio histerica sumergida en una Magda que parecia delirante en todo momento. Debo decir que no es la Magda ideal, y puede que sea una de sus peores interpretaciones.

Lisette Oropesa, como Lisette, se lleva un gran crédito por darle vida a esta criada de la casa muy coqueta, graciosa y perfecta teatral y musicalmente por donde se la mire, plasmando esta imagen de mujer de los años 20s, época en la que la producción de Joel estaba basada. Muestra clara del talento y la exigencia de la preparacion de los artistas en Estados Unidos. El rumano Marius Brenciu, compatriota de Gheorghiu, fue un Prunier elegante y sobrio. Samuel Ramey, en el zenith de su carrera, da un Rambaldo correcto, pero intrascendente.

Si bien la producción de Joel fue una mezcla de estilos, su transposición a la época del art deco fue de lo mas elegante, detallista y bella que llena los ojos del espectador que la ve a traves de las camaras, pero quiza resulte menos atractiva para quien la ve en vivo. Los vestuarios jugaron gran papel, asi como los detalles de cada miembro en escena. Destacando la escena del enamoramiento y el brindis del acto segundo, donde los miembros del coro, si bien son espectadores del romance de los principales, vuelcan el entusiasmo de amor en sus propios mundos, interiorizando la expresión. Esto resulta en un cuadro inspirador.

Marco Armiliato y la orquesta del Met dieron una interpretación dinámica y entusiasta. aunque no se si correcta del todo ya que no conozco bien la obra.

Cabe destacar el éxito que vienen teniendo las transmisiones de la temporada del Met a los cines de Larcomar. En su tercera transmisión en vivo, ya logra casi lleno total de la sala, lo que hace que la gente llegue cada vez más temprano para ubicarse en los mejores lugares e incluso discutir y pelearse por los sitios (un par de senoras casi me sacan de mi sitio a gritos porque les dio la gana). “La Rondine” sera repetida este miércoles 14 a las 7:30pm. Como siempre en la sala digital de multicines UVK Larcomar. Se recomienda llegar con tiempo de anticipación para poder ubicarse en los mejores lugares, y disfrutar mejor de la imagen en alta definición y del sonido Dolby 5.1




Aqui la grabacion de la transmision por radio e internet de este sabado 10.

Puccini
LA RONDINE

Acto 1
Acto 2
Acto 3

Magda ...... Angela Gheorghiu (soprano)
Ruggero ...... Roberto Alagna (tenor)
Lisette ...... Lisette Oropesa (soprano)
Prunier ...... Marius Brenciu (tenor)
Rambaldo ...... Samuel Ramey (baritono)
Perichaud ...... David Won (baritono)
Gobin ...... Tony Stevenson (tenor)
Crebillon ...... David Crawford (bajo-baritono)
Yvette ...... Monica Yunus (soprano)
Bianca ...... Alyson Cambridge (soprano)
Suzy ...... Elizabeth De Shong (mezzo-soprano)
Metropolitan Opera Orchestra and Chorus
Marco Armiliato.

Metropolitan Opera, New York
January 10, 2008

4 comentarios:

Anónimo dijo...

La rRondine escasamente puede ser considerada como operata.
Esta es la máxima expresión de la indolencia pequeño burguesa de la segunda mitad del siglo XIX, una pequeña burguesía elevada a rangos aristócráticos, solo por el poder del dinero y que se arrellana en la sensación de saberse poderosos; si bienes ciertos los personajes comprimarios de la obra comulgan cn esa forma de vida, el espíritu de La Rndine y el paahtos general de la obra no es ni remotamente propio de la opereta, en cualquiera de sus variedades: no tiene la picardía erito-sensual de la oepreta vienesa, la irónica crítica social de la francesa y nucho menos la irónica visión olítica de la inglesa... La Rondine es una ópera sentimental, como todas las de Puccini, y qui´zas se acerque más a los sainetes de época pero de ahi a considerarla opereta es una pobre apreciación de la obra, ojalá al verla puedas cambiar de opinón

Gonzalo Tello dijo...

La Rondine es una ópera en tres actos, eso no esta en discusion...

Mocho dijo...

A mí me pareció que Gheorghiu anduvo un poco apurada al principio.

He colgado el vídeo de Doretta:
clic

Octavio Avendaño Trujillo dijo...

Qué buen blog! Yo sigo los conciertos del MET aquí en México por el Auditorio Nacional.E
Espero le eches un ojo a mi blog: octavioat.blogspot.com
Felicidades!!