21 diciembre 2008

Thaïs desde el Metropolitan Opera, 20 diciembre 2008

Por Gonzalo Tello

Thaïs es una ópera muy poco frecuente en los repertorios, y con justa razón. No solo es la música tan difícil de cantar para una soprano y un barítono, que tienen que explotar sus limites lo que lo hace difícil, sino también la historia, tan inverosímil en nuestros tiempos. Un monje, a través de visiones clichés, pretende y consigue en tiempo record convertir a una cortesana feliz con su vida de placeres en una mujer desprendida y entregada a Dios. Cuando en realidad lo que creeríamos de esas frases, es que esta aprovechando esa conversión para conquistarla. 

Pero para Massenet no fue tanto así, pues el camino de ambos personajes se cruza y cambia radicalmente de comienzo a fin. Athanaël realmente quiere cambiar a la cortesana Thaïs, pero en el camino siente que la ama, y desprecia todas sus creencias por su amor carnal. Ella deja sus lujos y placeres, por el simple hecho de que se siente vacía, y necesita encontrar estabilidad emocional y sobrevivir cuando la belleza se haya ido. Athanaël es el instrumento por el cual se vuelve santa y lo consigue. Estos cambios se van dando a través de una exhibición completísima y casi suicida del registro vocal de ambos, que musicalmente hacen de esta obra una de las más profundas y trascendentes del compositor francés.  

Definitivamente esta es la opera de Renée Fleming. Esta vez la soprano americana ha demostrado que es la diva por sus dotes histriónicas y seguridad en la voz, más su interiorización en este rol, que interpreto a plenitud, sin descuidar un segundo sus expresiones y teatralidad. Thomas Hampson, si bien tiene un repertorio tan basto que lo hace irregular, demostró también que le va bien el repertorio francés, y que merece ser uno de los barítonos más interesantes en la escena, y verlo entregarse a este rol es todo un placer. 

Michael Schade puede sonar muy ligero como Nicias, el amante de Thaïs, pues esta partitura se presta mejor para una voz con mayor peso, que por momentos exige mucho a este tenor especialista en roles mozartianos. El Palemón de Alain Vernhes es mucho más imponente en su corta participación, ya que estamos al frente del barítono estrella del repertorio francés.

López-Cobos fue un correcto director, que destaco especialmente por los volúmenes y tiempos tan sobrios y elegantes, propios de una obra que llega a ser sexy. El momento mas inspirado de esta interpretación orquestal fue el de la famosa “Meditación” de Thaïs, que dejó mudos y emocionó a los espectadores.

La transmisión del sábado en el cine de Larcomar fue todo un éxito, ya que la calidad de transmisión fue impecable, y congregó a gran cantidad de público de todas las edades, lo que incentiva la mayor difusión de estos eventos.

La repetición de Thaïs va este martes 23 a las 7:30 pm en el cine UVK Larcomar.

1 comentario:

lirtoM dijo...

"Thomas Hampson, si bien tiene un repertorio tan basto que lo hace irregular..."
Hombre... de acuerdo, el aspecto lo tiene un poco bruto..., pero sin llegar a ser del todo basto. Podría quedarse sólo en 'vasto'.
Salu2.