
Por Gonzalo Tello
(Operaperu.com)
Hay tanto que decir sobre "Los Cuentos de Hoffmann": Su historia y argumento, concepción, ideas del autor sobre esta y muchas otras cosas, que es mejor concentrarse en la producción que vimos este sábado transmitida desde el Met al UVK Larcomar.
La nueva producción de Bartlett Sher que presenta esta temporada el Met ha recibido grandes elogios de crítica y publico, y es fácil entender el por qué. Como lo explican los realizadores, Bart Sher, Michael Yeargan y Catherine Suber, la idea de esta producción era hacer un Hoffmann ‘Kafkiano’ donde el protagonista alucina todas sus historias y lo que pasa alrededor suyo pero en su propia mente. Esto se explica en la aparición, ni bien se abre el telón durante el primer acto, de todos los personajes de las historias que se desarrollaran después.
Durante los tres actos, así como durante el prólogo y epílogo de la taberna predomina el escenario oscuro, y donde ningún elemento es muy brillante ni colorido. Los personajes y escenografía tienen referentes expresionistas y decadentes, como sacados del “Gabinete del Dr. Caligari”, hasta incluso de películas de Tim Burton. Predominan los estilos del siglo XIX y XX en vestuarios y elementos. La dirección escénica es muy dinámica, tanto que refleja un trabajo arduo y muy dedicado especialmente con el Coro y extras. También destaca la inclusión dobles coreografiados por Dou Dou Huang. Estos retratan cada momento de una forma más poética y le da mayor dinamismo a la obra.
Hay tanto que decir sobre "Los Cuentos de Hoffmann": Su historia y argumento, concepción, ideas del autor sobre esta y muchas otras cosas, que es mejor concentrarse en la producción que vimos este sábado transmitida desde el Met al UVK Larcomar.
La nueva producción de Bartlett Sher que presenta esta temporada el Met ha recibido grandes elogios de crítica y publico, y es fácil entender el por qué. Como lo explican los realizadores, Bart Sher, Michael Yeargan y Catherine Suber, la idea de esta producción era hacer un Hoffmann ‘Kafkiano’ donde el protagonista alucina todas sus historias y lo que pasa alrededor suyo pero en su propia mente. Esto se explica en la aparición, ni bien se abre el telón durante el primer acto, de todos los personajes de las historias que se desarrollaran después.
Durante los tres actos, así como durante el prólogo y epílogo de la taberna predomina el escenario oscuro, y donde ningún elemento es muy brillante ni colorido. Los personajes y escenografía tienen referentes expresionistas y decadentes, como sacados del “Gabinete del Dr. Caligari”, hasta incluso de películas de Tim Burton. Predominan los estilos del siglo XIX y XX en vestuarios y elementos. La dirección escénica es muy dinámica, tanto que refleja un trabajo arduo y muy dedicado especialmente con el Coro y extras. También destaca la inclusión dobles coreografiados por Dou Dou Huang. Estos retratan cada momento de una forma más poética y le da mayor dinamismo a la obra.



La Mezzo Ekaterina Gubanova es una Giulietta correcta musicalmente, pero no tan destacada en su rol de cortesana. Su interpretación pasa desapercibida casi por completo.

James Levine asume esta partitura después de muchos años. El resultado es fantástico, como era de esperarse. Su lectura fue de la mano con la producción de Sher: Audaz, rápida, y predominando la actuación a la voz, como en el caso de los cuatro villanos, no le dio mucho espacio a Alan Held para un mayor lucimiento. En este caso la orquesta estuvo cohesionada perfectamente, ofreciendo por momentos autentica genialidad musical. Otro merito para destacar, es que Levine opta por insertar escenas que usualmente se omiten de la partitura por su dificultad, como el aria de Dapertutto “Scintille diamant” y el famoso sexteto “Mon Coeur s’egare encore”, brillante final del acto de Giulietta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario