Articulo Publicado en la revista de El Mercurio de Chile, del sabado 25 de abril.
El Dolor de Cristina
Ha cancelado su agenda de conciertos por una dolencia a las cervicales que la inmoviliza. Algunos, sin embargo, creen que su problema es más grave.
Por Marcela Escobar. Revista El Mercurio
Hace unas semanas, Cristina Gallardo-Domas le reveló a su amiga Pilar Arredondo la dimensión real de su estado de salud. "Hay días en que me quedo simplemente como estatua", le escribió por email, "sin contar con los dolores imposibles de resistir. Estos dolores me los llevo para todos lados: al dormir, conducir, hablar por teléfono, al escritorio. Y para cantar".
Pilar Arredondo tiene en sus manos las páginas en las que imprimió los últimos correos que, desde Gran Canaria, le envió la soprano. Desde septiembre pasado, Cristina Gallardo ha empeorado de una afección que compromete cuatro de sus discos cervicales, de los cuales el C5 y el C6 están completamente gastados. El diagnóstico es una artrosis aguda, que le impidió cumplir con los conciertos que tenía en agenda para marzo, abril y –hasta el momento– también para mayo.
Los médicos le han dicho que la recuperación le llevará mucho tiempo y que quizás no es operable. Su mal es antiguo y la actividad que realiza es contraria a cualquier mejoría. Como toda cantante de ópera, Cristina no es sólo voz cuando canta. Cuando canta, Cristina lo hace con todo el cuerpo.
Ya estaba complicada cuando se subió al escenario del Metropolitan Opera House, en Nueva York, la noche del 27 de febrero último. Se puso las ropas de Cio-Cio- San, la geisha de Madama Butterfly, un rol al que ella le dio su sello: histriónica, esbelta como pocas cantantes, Cristina ha dado forma a una Butterfly que, dicen algunos, es la mejor del mundo. Aquella noche de febrero en Nueva York fue la última vez que encarnó a la geisha.
Ella dice que en el Metropolitan sufrió "una situación absolutamente desagradable e injusta", que le desencadenó, además, una depresión. En el principal referente operático neoyorquino la respuesta es diplomática: "Patricia Racette cantó el rol principal de Madama Butterfly el martes 3 de marzo y el sábado 7 de marzo, reemplazando a Cristina Gallardo-Domâs, quien estaba enferma".
Pero hay quienes achacan su receso no sólo a la artrosis, sino que a graves problemas vocales. Cristina parece asumirlo y en el diario que mantiene en su página web confiesa que se encuentra "muy afectada": "He tenido que retirarme a dar oídos a las habladurías (sic)… sobre por qué en mi último tiempo he tenido que estar cancelando mis compromisos agendados, lo cual se ha visto exclusivamente ligado al diagnóstico médico".
En los mails que le ha escrito a Pilar Arredondo, Cristina reconoce que en el concierto de Nueva York "si bien podía cantar, más o menos a nivel de espalda llevar la cosa, tampoco era el ideal". La cantante ha intentado ya varios tratamientos para manejar su dolencia: a los remedios le ha sumado fisioterapia, acupuntura y, últimamente, hidroterapia.
Nada ha resultado. El dolor continúa.
"Esto es algo de lo que no sanaré nunca…", se lamenta Cristina, en otra de las líneas escritas a Pilar Arredondo. "Hay momentos en que lo único que desearía es cortarme la cabeza".
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