02 septiembre 2009

Iván Magrì: "Los agudos me quedan fáciles"

Por Gonzalo Tello
Operaperu.com


Iván Magrì es un tenor siciliano bastante joven. Es una de las más recientes figuras en entrar a la agencia de Ernesto Palacio, una de las más exclusivas e interesantes, pues comparte la agencia con figuras como Juan Diego Flórez, Ildar Abdrazakov, Elina Garanca, Daniella Barcellona, entre otros. Magrì se inicio en el Conservatorio de Milán, del que salio con grandes elogios. Esa calidad vocal que entendidos le reconocen, hizo que su nombre llegue la gran leyenda de la ópera, Luciano Pavarotti, quien en los últimos días de su vida, trabajo con el en su voz y le dio grandes consejos.

Magrì destaca por su facilidad para llegar a las notas altas. Da sobreagudos cómodos y sin mayor esfuerzo. Su voz se presta mucho al bel canto de Bellini y Donizetti. Precisamente hace poco tuvo un enorme suceso cantando la ópera “Marin Falliero” en Italia.

Magrì esta por primera vez en Lima, y aunque no habla nada de español, se relaciona muy bien con la gente alrededor. Está contento en los ensayos de “Elisir d’Amore” ópera en la que interpreta a Nemorino.


¿Por qué te interesaste en la lírica?
Me inicié con el teatro de prosa, porque en la familia de mi madre eran gente de teatro y poetas. Gracias a mi primera maestra, que es una apasionada de la lírica, me apasioné por esta. Empecé la estudiarla con mucha pasión e interés en la historia, y gracias a diversas vicisitudes, llegue a estudiar en el Conservatorio de Milán y pude iniciarme poco a poco.

¿Pero sabias que ya tenías la voz y las cualidades para cantar?
Al inicio no, porque al inicio para mi empezó todo como un juego.

¿Y cuáles crees que fueron las cualidades por las que destacaste en el Conservatorio?
Sobretodo al inicio la cualidad vocal, pero siempre estuve atento y preocupado por buscar posibilidades y soluciones mejores. Estaba al tanto de aprender y de todo lo que pasaba. Mi sueño al inicio era mezclar la lírica con el teatro.

¿Qué recuerdos tienes de Pavarotti? ¿Cómo así te encontraste con él?
Tengo un recuerdo bellísimo, porque cuando el ya estaba muy mal, tenia una gran pasión por enseñar. Era algo que lo mantenía ligado a la vida. Durante su último mes de vida, cuando lo iba a ver para estudiar, hacia subir el piano a su cuarto, pues ya no se podía parar de la cama. Solo enseñaba a muy pocos, a los que le interesaban.

¿Cómo llegaste a él?
A través de varias personas que me escuchaban, me decían que le iban a hablar de mí. En cierto punto, Pavarotti estaba muy curioso de conocerme por tantas veces que me mencionaban. Una colega con la que cantaba, y era cercana a él, al final nos juntó.

Acabas de tener un gran éxito cantando hace poco “Marin Falliero”, ¿te cuesta esfuerzo cantar roles agudos y difíciles?
No, me siento llevado por los agudos y me quedan fáciles. Aunque me puedan resultar fáciles las cosas difíciles, a veces me resultan difíciles las cosas fáciles (ríe).

¿Qué repertorio y tipo de voz crees que es el tuyo?
He cantado “I Puritani”, “Traviata”, “Rigoletto”. Sería un tipo de tenor lírico italiano, con los Do y Re sobreagudos fáciles.

¿Qué roles te gustaría hacer después?
Son muchos los que me gustarían. “Il Pirata” por ejemplo, y quiero concentrarme en los roles muy agudos, y creo que vale la pena hacerlos.

¿Qué cantantes te gustan?
Pavarotti es uno que me gusta muchísimo, por su modo espontáneo de cantar, que es como yo también me siento.

¿Tus roles van por el lado de los de Pavarotti?
Los del Pavarotti joven que cantaba “Elisir”, “Favorita”, llegando también a “La Bohème”

¿Cómo te conoces con Ernesto Palacio?
Cantando Arturo en “Lucia di Lammermoor” en Bologna. Ernesto fue a ver un ensayo de Nicola Ulivieri y ahí nos conocimos.

¿Cómo llegaron así a trabajar juntos?
Pasaron algunos meses de esa vez y luego tuve que cantar “Marin Falliero”, y Alberto Triola me dijo que podía repasar la parte con Ernesto. El que me había conocido y nos caímos bien, me ayudo a trabajar la parte. Luego de eso empezamos a trabajar juntos.

¿Cómo te sientes trabajando con Ernesto?
Me siento muy afortunado. El da mucho de si mismo, con empeño. Yo aprendo mucho pues me exige mejorar siempre. Ahora no me contento cada vez que canto, así me felicite todo el mundo, siempre estoy pendiente de lo que no fue bien, para mejorarlo. Además, Ernesto es muy exigente y eso es bueno para mí.

Iván Magrì canta "Angelo casto e bel" de "Il Duca d'Alba" de Donizetti

1 comentario:

Paola dijo...

A mi me sorprendió cuando en el segundo acto eschuché Una furtiva lágrima, creo que todo el teatro se emocionó mucho, lo hizo super bien. Más allá de tener una gran voz caracterizó muy bien al tímido Nemorino