Gonzalo Tello: Usted estuvo al frente de la Orquesta Sinfónica Juvenil interpretando su propia obra, ¿que impresiones le causa esta experiencia, basado su trabajo en Europa con diferentes orquestas, y cual es la respuesta de los músicos?
José María Sánchez-Verdú: La experiencia ha sido doble, pues he ensayado con la Orquesta Sinfónica Juvenil dos veces, y con la OSN, que son los mayores, digamos. La experiencia es grata, viendo que hay músicos que están trabajando música actual. Una orquesta sinfónica es un invento occidental de hace ya 4 siglos. Y si se toca mozart o Debussy, porque no se va a tocar música actual, me parece lo más normal del mundo. Y ese problema de la falta d habito pro parte de los músicos a veces pasa en las orquestas europeas, es un problema generalizado. Claro que en Europa es mucho más fácil el acceso a la música contemporánea, porque hay músicos que tocan en cada programa una obra siempre. Hablando de la Filarmónica de Berlín, que estrena como 8 o 9 obras al año. Entonces ese publico esta habituado de una manera impresionante a lo nuevo, pero en otros sitios falta muchísimo.
GT: Usted dice que los músicos no están acostumbrados a tocar esta música porque tenían que dejar mucho de lo aprendido de lado. ¿Eso también es generalizado, o existe ya una técnica o guía, o una escuela musical para este tipo de obras?
JMSV: Hay muchas orquestas e intérpretes que conocen perfectamente la técnica y el lenguaje actual, eso no es problema. Hay otras muchas q no, que son la mayoría. El problema viene de la educación musical. Si en los conservatorios se llega a la música de 1908, se considera eso como música moderna. Es decir, que compositores como Albéniz o Ginastera están desplazados. Los estudios van muy atrasados en ese sentido, por eso los músicos que hacemos música contemporánea hoy tenemos un bache en la educación muy grande y tenemos que tirar de el, porque vemos un vacío de casi 100 años. Como si todo el mundo se hubiera quedado en Mozart, y fueran incapaces de tocar Wagner, lo mismo pasa ahora mismo. Aunque hay orquestas especializadas que tocan música actual de manera impresionante, así que también es cuestión de hábito y continuidad y tener interés en hacerlo.
GT: ¿Su estilo de composición tiene que ver con un estilo español contemporáneo? ¿Existe un estilo español contemporáneo? ¿O es mas una tendencia europea, o general?
JMSV: Bueno, España es en Europa uno de los países mas extraños en el sentido de que todavía hay compositores que trabajan un lenguaje que se llama “Neo-nacionalismo”. Estoy pensando en Joaquín Rodrigo, o compositores que vienen de la primera etapa de la composición de Manuel de Falla, y que hoy en día todavía piensan en el folklore y ese tipo de material. Lo cual es bastante extraño, porque eso no existe en ningún otro país de Europa. Digamos, España tuvo una dictadura de 40 años, y hasta el año 75, los compositores españoles estaban en blanco, o sea, no conocían nada de lo que se hacia fuera. Exceptuando a algunos, que ahora son los padres de la música española actual que si pudieron salir de España para conocer qué se hacia en Europa. Así que, en unos 20 años se ha tenido que asimilar y ver qué se había hecho fuera, para ponernos al día. Esa es una cuestión muy típica que ocurre con muchos países por su situación política, económica, social, etc. Y esto ha hecho que se haya originado esta especie de corriente española nacionalista basada en el folklore, etc. Pero es una excepción muy grande, porque hoy en día hay grandes corrientes, no hay escuelas nacionales como a principios del siglo 20 o en el siglo 19. Entonces hay tendencias a través de escuelas que han nacido en torno a países como Francia, Alemania, Italia. Pero es muy paradójico, porque en Alemania hablan de mi música como que tiene un sabor mediterráneo, del sur. En cambio, en España se habla siempre de que mi música tiene un sabor germánico, de manera que existe un deseo siempre de clasificar, después es muy complicado.
GT: Ud. ha debutado con éxito con “Gramma” en Alemania, y en “El Viaje a Simorgh”, en España. ¿Cuanta importancia le da a la composición de operas, y que satisfacción le trae, hablando en el conjunto de toda su obra?
JMSV: Bueno, una de las cosas más interesantes sin duda, es crear un trabajo en equipo muy grande donde participan muchas personas, porque son proyectos muy complejos. Eso no existe con la obra sinfónica u obras de cámara. Luego, también te permite ampliar, digamos, la parte musical puramente, la dramaturgia como una estructura mucho más grande, las duraciones, y muchos elementos extra-musicales, los que se pueden llamar ‘interdisciplinarios’, eso es lo que me gusta muchísimo, y es lo que he hecho sobretodo en “Gramma” y en “El viaje a Simorgh”. Ese el gran foco de distinción que mas me interesa.
GT: De la experiencia en el Festival de Música Clásica Contemporánea, en Lima, como ve el desarrollo de la música clásica contemporánea en el Perú, o en Latinoamérica?
JMSV: Es la primera vez que vengo a Sudamérica. El año que viene iré a Costa Rica por 15 días para dar seminarios de música contemporánea y composición. Pero mi conocimiento viene de fuera, pues conozco a muchos compositores latinoamericanos que están trabajando en Paris. En Berlín conozco algunos, como al peruano Héctor Moro, que lleva toda su vida trabajando en Alemania. He tenido alumnos argentinos, chilenos incluso. Así voy conociendo lo que hay, y creo que es muy distinto ver las cosas de fuera sin estar aquí. Lo que si sé, es que si los compositores aquí quieren aspirar a hacer cosas mucho más grandes, y tener a su disposición la experiencia de trabajar con grandes grupos, intérpretes o profesores, entonces van a Paris, a Berlín, Stuttgart, Friburgo, incluso a Italia. Los que más he podido conocer son mexicanos y argentinos, y en menor medida, chilenos. Así que digamos, estas son las ciudades, o los conservatorios ‘mas europeos’ de hispanoamérica, y los que han conservado esa forma de trabajar la música actual, Buenos Aires, Ciudad de México. Y eso viene de grandes maestros que han venido desde EEUU o desde Europa y han continuado desarrollando esa especie de interés. Ahora he conocido Perú y a dos de sus grandes compositores, se que ambos han estado vinculados mas con Chile o EEUU o argentina, así que si existe una visión mas grande que solo el Perú. Esa es mi breve experiencia desde fuera.
GT: Estar en Europa entonces es como el ‘laboratorio’, porque lo que pasa en lugares de Latinoamérica es mas una tradición, lo que no pasa en Perú. Por eso los músicos e intérpretes se quejan tanto del desinterés o mal manejo. E incluso los músicos que se desarrollan y salen fuera, se cultivaron como autodidactas…
JMSV: …Si hablamos de Ciudad de México o Buenos Aires, hay dos grandes teatros de Opera, cosa que no existe en Perú. Entonces eso va aglutinando una serie de personas, instituciones que hacen que eso crezca. Y se permite hacer opera de repertorio del siglo 19 o 20. En México se esta haciendo con Julio Estrada, y otros compositores de opera contemporánea. En Argentina también. Entonces eso capitaliza un foco mucho más fuerte. Si en Perú no existe eso, entonces hay una laguna, y eso va en contra de los compositores y el público de crecer por ese lado particular de la música.
GT: En dos obras, “El viaje a Simorgh” y “Los jardines de Adonis”, se sienten elementos españoles e islámicos, en cantos e instrumentos. ¿Porque esta motivación o influencia?
JMSV: Para mí es una cosa muy natural, sobretodo siendo español. El mundo castellano, el mundo de la influencia católica, la tradición cristiana, que tenemos en España igual que en Italia o aquí, es una parte muy grande. Pero hay otra parte enorme que esta presente y la tenemos en el vocabulario, la filosofía, la escultura, arquitectura, hasta en los apellidos y la sangre. Estamos enfrentados a el, aunque para mí son dos partes igual de importantes. El hecho de acercarme a una como estar en la otra es parte de mi tradición, así que no lo veo como una cosa extraña, sino como una interacción especial. Aunque hayan pocos compositores que se interesen realmente. Pero si hay algunos escritores, como es el caso de Juan Goytisolo, por eso mi afinidad con el, y por eso “El Viaje a Simorgh” sobre una novela suya. Porque si juega y crea ese puente entre los 12 Km. que hay en Gibraltar entre Tarifa y Ceuta, el cual intentan convertir en 50000 km. cuando tenemos tanto en común. Incluso pueblos de ambos países son muy parecidos entre si, y parece que queremos crear una barrera que no hay…
GT: Y aparte de eso, ¿hay alguna otra característica que ud. pueda decir con la que se identifica?
JMSV: En general, o…
GT: Si, si hay alguna característica por la cual quiere ser recordado…
JMSV: …Pues, aparte de la influencia del mundo islámico, que tampoco es tan grande como parece eh? Pues me colocan ese san benito de que escribo música islámica, pero son obras puntuales, y lo acepto. Pero existen muchas obras que están vinculadas a los compositores franco-flamencos, que me fascinan, y sobre todo creo que la literatura crea un gran punto de interés en lo que compongo. Otro de ellos es la pintura. Por eso trabajar con autores como Carlos Fuentes, o Juan Goytisolo, o composiciones sobre poetas concretos. Y por el otro lado, las interrelaciones entre pintura, arquitectura y música, ese es un tema que me interesa muchísimo, y me hace interesar mucho por estructuras musicales que son muy complejas, o timbres muy desarrollados, que no se diferencian mucho de estructuras muy complejas del mundo islámico, de la caligrafía, etc.
GT:¿Que cree que el publico latinoamericano, en esta experiencia del festival, debe saber reconocer en sus obras?
JMSV: Pues, es complicado. Cada persona es un mundo y cada uno tiene sus propias experiencias. Para muchos puede ser una experiencia de sorpresa, o un choque porque es muy nuevo. Hay tantos públicos como personas, por eso me resulta muy difícil valorar al publico porque siempre es una sorpresa. Lo que si sé es que el público peruano, después de todos estos conciertos aquí, es un público muy abierto, muy cálido, y que esta muy ansioso por recibir nuevas cosas, y por acercarse a los interpretes. Nunca he tenido esa experiencia de ver al publico que se abalanza los intérpretes, y que van no solamente a saludar, sino a contactar e intercambiar. En ese sentido es un publico caliente y abierto, lo que es una sorpresa. En Europa los públicos son fríos. Eso no pasa aquí.
GT:¿Próximos proyectos? ¿Algún próximo contacto con Lima?
JMSV: En principio no en América, a excepción de estos seminarios en Costa Rica el próximo año. Luego, mi próxima ópera la que estoy trabajando con el escritor mexicano Carlos Fuentes, eso me va a permitir tener más relación con México, que también aprecio mucho.
GT:¿La nueva ópera ya tiene fecha de estreno?
JMSV: Si, será en Alemania, donde todo se tiene planificado hace tiempo. Se estrena en Berlín, luego en Stuttgart, en la Bienal de Venecia, Madrid, y hay la posibilidad de que también vaya a Ciudad de México.
GT: Es una obra con textos de Carlos Fuentes…
JMSV: …un relato muy bonito de Carlos Fuentes que se llama “Aura”. Del año 62. Yo la había leído hacia muchísimos años. Un día me encontré a Carlos Fuentes en la Staatsoper de Berlín, nos encontramos en el intermedio, yo lo saludé, porque yo estaba haciendo la opera “Él viaje a Simorgh” con Goytisolo que es íntimo amigo suyo. Es curioso que Fuentes hablaba del libro de Goytisolo como su mejor libro, y tiene un estudio o ensayo, sobre “Las virtudes del pájaro solitario”. Y a la vez, Goytisolo tiene un ensayo sobre “Aura”. Entonces se da una interconexión entre los dos, cada uno admira al otro. Y el mismo Carlos Fuentes me propuso si me gustaría hacer una opera sobre “Aura”. Así nos hemos ido reencontrando y poco a poco ha tomado lugar. La volví a leer, me parece una obra preciosa. Es un proyecto muy distinto a “Gramma” y “El Viaje a Simorgh”.
GT: ¿Que tal la recepción en general con las obras? ¿Cual es la conexión principal entre las tres, cual es su identidad?
JMSV: No sé, es muy complicado de decir, “Gramma” es una puesta distinta donde los textos se dan en varios idiomas, y el tema de esta ópera es la escritura. Tiene mucha filosofía, y usa la escritura como poder, como caligrafía, como memoria, como olvido. Hablamos como de “6 jardines de la escritura”, y aparecen diferentes personajes que no se ven, porque toda la escenografía es un “scriptorium” de la Edad Media, y todo el público está sentado en una especie de estructura de mesitas con sillas y lámparas, muy pequeñas, todos aislados. Es como una gran biblioteca. Toda la escenografía está en un libro que te encuentras al llegar, en una especie de superestructura increíble, y con esa pequeña luz que ilumina el libro. Entonces hay una serie de códigos para pasar las hojas, de manera que todo el público que entra por función pasa las hojas a la vez y eso está integrado a la partitura, y la orquesta entera está encima, entonces es algo bastante hermético, es un viaje a través de varias situaciones. En “El viaje a Simorgh” es totalmente distinto. La literatura y la estructura aunque no sea lineal, es muy distinta…
GT: ¿Y eso también es opera entonces?
JMSV: …Eso sigue siendo opera, o lo que se llama “Musiktheater”, teatro musical. En los países de habla española, decir teatro musical, suena a ‘Broadway Musical’ porque no se ha impuesto esa categoría o denominación. Pero si admitimos el término ópera muy abiertamente. Ópera no significa ya ni siquiera tener cantantes, sino significa más bien tener una dramaturgia especial. Se que hay compositores que reivindican el concepto ópera, pero la diferencia que hay entre el mero drama y la ópera del siglo 16 y como ha evolucionado hasta hoy, tampoco permite hablar de un solo concepto. Una ópera puede ser una aventura radicalmente distinta a lo que se entiende por ópera normalmente, sobretodo porque para nosotros opera es básicamente el siglo 18, 19 y continuamente escuchamos lo mismo.
GT: ¿Entonces hay un estilo propio musical suyo, o se deja llevar por estas influencias literarias al componer? ¿Como se basa en la composición de las obras que hace?
JMSV: Al hablar de “Gramma” o “Simorgh” se puede reconocer el lenguaje en todas sus variaciones…
GT: ¿…Es algo que no se puede hacer en las obras cortas, no?
JMSV: …No hay mucha importancia en si son 10 minutos o dos horas, la cuestión es que el lenguaje que aplico como músico, lo enriquezco a través de esas influencias, por eso es que cada obra se abre. En ‘Aura’ aparecen instrumentos antiguos y modernos, en un interés por experimentar entre esos diferentes mundos, es lo que me interesa…
GT: …y ese interés por la música electrónica?
JMSV: …en “Simorgh” hay una parte de electrónica en vivo, que son los interludios y pasajes de la orquesta, o sonidos del saxofón bajo, que tiene un sonido especial. A veces me enriquece más hacerlo al revés, que la orquesta emita sonidos que simulen consolas electrónicas. En “Simorgh” muchas personas pensaron que en el foso había sonidos manipulados electrónicamente y amplificados o distorsionados. Y no, pues era violines, violas, chelos, flautas. Me gusta mucho cambiar el sentido, y crear mundos sonoros nuevos. Como dijo un gran compositor, componer significa crear un instrumento, entonces, lo que hago es crear nuevos instrumentos a partir de la música que yo quiero, y utilizo los que ya existen, sino, los inventaría luego…
GT: ¿Algún interés en trabajar con instrumentos nuevos o sintetizadores y computadoras?
JMSV: Muchísimo, de hecho ahora estoy trabajando en el Experimental Studio de Friburgo, aspectos de música electrónica para una obra que hago en el 2009. Es un cubo gigantesco donde haré que la música interactúe en diferentes lugares del espacio. La electrónica, algunos solistas instrumentales, un coro, orquesta, y sobre todo la luz. Los cambios de luz a través de la electrónica y la música instrumental son la base del desarrollo de la obra, de duración media. No soy de los compositores que más trabaja la electrónica, pero me interesa mucho.
GT: Hablamos de obras que se pueden desarrollar en diferentes y variados espacios con resonancia…
JMSV: …y se requieren espacios muy grandes, con gran acústica, para la obra de la que hablo…
GT: ¿Eso no complica el proyecto? si por ejemplo, se lo quiere traer a Latinoamérica, donde seria mas complicado…
JMSV: …Siempre hay espacios, como catedrales o iglesias donde se puede hacer. Ese fue problema con “Gramma” que necesita un lugar especial. En Munich, se hizo en una fábrica de turbinas muy famosa, donde se hacen conciertos y óperas hace varios años. En Berlín la hicimos en una iglesia muy especial, y en Lucerna se hizo en el teatro donde se puso la estructura sobre el escenario bajando el telón de acero. Así, el público no usaba las butacas, sino entraba en el escenario. Ahora en Madrid, “Gramma” se hará en el edificio de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. En un atrio muy grande, del centro de la ciudad, en abril.