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Noche mágica e histórica. Paul Badura-Skoda dirigiendo a la nueva Sinfonietta de la Sociedad Filarmónica de Lima.
Fotos cortesía de la Sociedad Filarmónica de Lima |
Por Heriberto Ascher*, para Ópera Perú
El martes pasado ha sido una noche de fiesta, por diferentes razones. Primero, porque era el 105 aniversario de la Sociedad Filarmónica de Lima,
una fecha digna de celebrar, por ser una institución sin fines de lucro que se
mantiene promocionando la cultura durante más de un siglo. Ojalá hubiera muchas
más. Segundo, porque el concierto era en homenaje al gran pianista Paul Badura-Skoda,
quien se presentó en Lima en un concierto de la Sociedad Filarmónica por
primera vez en el año 1953, y luego en innumerables otras ocasiones,
demostrando un enorme amor al Perú. Tercero, porque en la misma ocasión se presentó una nueva orquesta, la
Sinfonietta de la Sociedad Filarmónica de Lima, junto al Cuarteto de Cuerdas Lima.
El público, que llenaba la sala, ovacionó de pie a los artistas, un
merecido homenaje a un gran esfuerzo.
El concierto comenzó con el maestro al piano en tres piezas D 946 de Franz
Schubert. Badura-Skoda, quien cumple 85 años el próximo octubre, es, además de
intérprete, musicólogo y profundo conocedor de la obra de Schubert. Ello quedó
confirmado en su interpretación, principalmente en la segunda pieza donde
transportó al público a un mundo distinto.
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Badura-Skoda y el Cuarteto de Cuerdas Lima interpretando el Quinteto "La Trucha" de Schubert |
A continuación, junto al Cuarteto de Cuerdas Lima, integrado esta vez por László
Benedek al violín, Roberto González en la viola, César Pacheco al cello y Ricardo Otárola en el contrabajo,
interpretaron el Quinteto Op. 114, “La Trucha”, también de Franz Schubert. El
cuarteto había trabajado cuidadosamente y en los ensayos con el maestro
consiguieron compenetrarse en ese estilo tan propio, proporcionando una versión
excelente, que ojalá pueda llevarse al CD, junto con las grabaciones que ya la Sociedad
Filarmónica presentara en su 90 Aniversario de las interpretaciones de este
quinteto con Paul Badura-Skoda, de los años 1950 y 1997, esta última con
nuestro compatriota Claudio Bohórquez.
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Badura-Skoda dirigiendo y tocando el piano en el Concierto no. 20 de Mozart |
Y finalmente, en la segunda parte del concierto, Paul Badura-Skoda dirigió
e interpretó al piano el concierto Nr. 20, K. 466 de Mozart, junto a la
Sinfonietta de la Sociedad Filarmónica, en su primera presentación al público.
Una interpretación impecable, los vientos con sorprendente calidad y las
cuerdas precisas, con László Benedek como primer violín, todos en un estilo
mozartiano perfecto. El trabajo que el maestro pudo hacer con los músicos en
los ensayos durante la semana de su permanencia en Lima nos mostró un Mozart
límpido, inspirado y con gran estilo. Es de destacar que Paul Badura-Skoda ha
compuesto cadencias para todos los conciertos de Mozart, y en esta ocasión
estrenó una nueva cadencia, que son los momentos de un concierto en los que el
solista desarrolla virtuosamente un tema al estilo del compositor y se explaya
a sus anchas, como lo ha hecho el gran violinista Joseph Joachim con el
concierto de Beethoven. Ver al maestro dirigir y tocar al mismo tiempo ha sido
una experiencia única.
Una fiesta de la música, al fin de la cual el público ovacionó a Paul hasta
conseguir un bis, la Fantasia K. 397 de Mozart. Un broche de oro para una noche
memorable.
El
concierto tuvo gran asistencia de público, a pesar que los medios de
comunicación escritos, hablados y televisivos le dieron una cobertura mínima. Es
una pena que no haya más apoyo para los eventos culturales y aún más para uno
como este, en el que se presentaba a un artista de la talla de Paul
Badura-Skoda, quien fuera dirigido por los directores más famosos del mundo de
los últimos 60 años, como Wilhelm Fürtwängler y Herbert von Karajan, y al mismo
tiempo colaborara con artistas locales como el Cuarteto de Cuerdas Lima y
dirigiera a la Sinfonietta de la Sociedad Filarmónica de Lima, una nueva
orquesta joven ante el público limeño, con todo el esfuerzo que ello implica,
tanto para el artista como para la Sociedad Filarmónica.
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El maestro Badura-Skoda se dio el tiempo de firmar autógrafos al final del concierto |
* Heriberto Ascher es Presidente honorario de la Sociedad Filarmónica de Lima y amigo personal de varias décadas de Paul Badura-Skoda