Por Gonzalo Tello (Operaperu.com)
Christopher Franklin es un joven y dinámico director que empezó estudiando en Baltimore, donde inició su trabajo en obras sinfónicas diversas. Luego recibió una beca Fullbright que le permitió ir a estudiar y trabajar en Europa, junto a grandes maestros como Peter Maag y Gianluigi Gelmetti. Habiendo crecido en Alemania y ahora siendo casado con italiana, y también teniendo la ciudadanía italiana, se siente ha gusto con su nuevo hogar y es una persona bastante europeizada. Es cotizado especialmente para dirigir obras americanas y contemporáneas, e incluso, comenta, es vendido fuera de Italia como un director de ópera italiana. “Francolino” lo llaman.
Este director es muy cercano a Ernesto Palacio y Juan Diego Flórez, pues dirige sus conciertos alrededor del mundo, y lo volveremos a ver aquí en el Callao dirigiendo en concierto que ofrecerá el tenor peruano en noviembre. Esta entrevista, que resultó siendo una muy larga y divertida conversación, ocupo un poco de todo.
Pero, ¿empezaste en ópera o música sinfónica?
En ambos, es importante estar en ambos, pero realmente empecé en sinfónica, pero en Italia ‘Opera es el Rey’…
Solo porque si, o…
Esta en tu sangre, no te la puedes quitar. Además creo que es un arte completo.
¿Cuál fue la primera que condujo?
Hice varias operas contemporáneas en Estados unidos antes de ir a Europa. La primera ópera grande que hice en Italia fue “Gina”, la primera opera de Francesco Cilea, que compuso cuando tenia 18 años. He trabajado con esa y otras óperas en diferentes teatros en Italia. También he hecho varias contemporáneas, como “Billy Budd” de Britten o “Jackie O” de Daugherty. Es una gran pieza, es como una “pop-opera”. La hice el año pasado en Bologna y el DVD esta por salir. También hice y volveré a hacer “Sweeney Todd”. Cuando se hace algo americano, de preferencia me llaman…
Será por ser americano que tiene la esencia de las obras…
Si, quizás porque crecí y tengo mas experiencia con esas obras desde el inicio, y entiendo la energía o el ritmo, comparado con un director europeo que quizá no entre a ese tipo de obras.
¿Un director tiene que especializarse en un tipo de música?
Desafortunadamente tienes que hacerlo. De la forma como la carrera se desarrolla desafortunadamente te categorizan. Pero si miras el calendario de los artistas, ellos hacen todo de todas formas. Como director joven, es tu misión trabajar con obras actuales, no porque sean realmente buenas, o vayan a sobrevivir, pero es importante impulsarlas y no dejar que se empolven. Si no las haces te niegas como artista. Es verdad que la obra de Verdi es fantástica, pero también debes hacer obras de compositores vivos.
¿Has trabajado en EEUU?
Solo un par de veces, con Juan Diego en Miami, y ahora he tomado contacto con una agencia, así que podré hacer algo más. Desde que fui a Europa, si tú quieres meterte en la cultura y asimilarla, simplemente te quedas ahí, y no regresas…
¿La cultura te come?
Si, te come, no vuelves más (ríe) Lo cual es malo, porque mi familia vive allá. Son dos lugares diferentes, pues en Italia los teatros están interconectados y es como un gran grupo, “La Famiglia”. En EEUU programan sus carteleras con años de anticipación y es más un tema de negocio y otros parámetros políticos
¿Cómo conociste a Juan Diego y Ernesto Palacio?
Como dije, todo esta conectado y es como una gran familia, así que conocí a Ernesto a través del maestro Gelmetti, porque trabajan en proyectos juntos, y mi esposa ha trabajado con sus artistas, sobretodo en Pesaro, donde yo dirigí “Viaggio a Reims”. Ella ha cantado con Juan Diego “Le Comte Ory” o “Barbiere di Siviglia” hace un par de años. Así que nos hicimos amigos. Ernesto me pidió hacer giras de conciertos con Juan Diego y lo hicimos en Moscú, Paris, etc., desde hace 5 años.
¿Cómo es dirigir conciertos con solista, comparado a dirigir música sinfónica u opera?
Es muy diferente. Con el es una experiencia fantástica, porque es trabajar con el mejor tenor del mundo en su repertorio ahora, así que los conciertos con el son un gran evento y se trabaja en teatros importantes. Además son eventos divertidos, porque hay interacción con el público y conmigo, con bromas y demás, así que son grandes eventos de interacción.
Generalmente trabajan con las mismas arias y repertorio…
Si, pero por ejemplo en México incluimos mucho repertorio latinoamericano, como el ‘medley’, que incluye “Jurame” y otras canciones mas.
¿Siente que, por ejemplo, dirige la obertura de “Semiramide” del mismo modo que lo haría haciendo la ópera completa, o se toma licencias? Puede que sea mas relajado hacerlo en concierto…
Entiendo. Se hace de diferente forma. Es divertido en concierto, porque generalmente viene la obertura de una ópera, y luego el aria de esa misma. Creo que se convierte en un ‘splash’, pues es un evento para la orquesta despegar, tocar y tener un gran momento, y luego viene el artista. En eso tienes razón. Pues una obertura en la opera completa es el inicio de una noche larga en el teatro. Así que si es más relajado.
¿Cómo llegaste a conocer y dirigir “Attila”?
Ernesto me invitó a participar hace un año y las fechas se dieron. Antes hice varios Verdi, siendo la primera “Falstaff”, así que empezar con esa obra es algo particular. Luego hice “Rigoletto” Traviata o “Nabucco”, que es también un Verdi particular porque es el joven, que es esquema formal: Obertura, coro, aria, etc. No se si es por vivir en Italia, pero creo que “Attila” es de las mejores operas que compuso.
¿Diría que es tu favorita?
En este momento particular diría que si, porque la vives todo el día, todos los días. Pero creo que en este punto es una de mis favoritas. Por ejemplo cuando Ezio canta “Tutta Italia Piangera” me siento italiano en ese momento. Así como cuando diriges ópera francesa te sientes francés así no lo seas. Con estas obras sientes la italianidad, que también está presente en el sonido. Creo que desde el punto del director, no se de la audiencia, el personaje de Attila, que la historia ha condenado como un malvado, al final queda como una figura simpática, y es con el que te identificas. Ezio, Foresto y Odabella aportan al lado del romance y la intriga, pero al final te identificas mas con Attila porque es al que traicionan.
¿La ha escuchado y explorado?
He vivido con ella por un tiempo, y eso que en Italia no se hace mucho. Creo que encontrar el reparto es lo difícil, y es una suerte tener aquí a Dimitra Theodossiou, porque tiene la agilidad y la capacidad de subir y bajar hasta el fondo. No se puede hacer con cantantes líricos ligeros.
¿Que piensa del reparto de este Attila?
Es un placer trabajar con ellos. Trabajé antes con Claudio en una opera contemporánea, a Ildar lo conozco hace varios años, y a Dimitra la he conocido aquí, así como a Ji, el tenor. Usualmente cuando trabajas en Italia, la gente trabaja junta y luego se separa, aquí no, aquí prácticamente convivimos en el mismo hotel y estamos juntos todo el tiempo, así que es como una pequeña familia.
¿Y eso es bueno o malo?
Es diferente. Creo que es la única forma de hacerlo aquí. Ernesto es un muy buen anfitrión, nos lleva a buenos sitios, nos muestra la ciudad. Cuando vamos a ensayar al Callao nos muestra los alrededores y explica. Es un buen anfitrión/director artístico.
¿Cuál es tu aporte personal a este Attila?
Aquí en los ensayos trato de dar un sonido diferente, con las cuerdas trabajando en los recitativos con un sonido fuerte sin opacar a los cantantes. Mi trabajo principal aquí es moldear la orquesta y convertirla en una orquesta italiana en muy pocos días. Al mismo tiempo mantenerla calmada pero rítmicamente interesante y traer y unir al grupo del escenario con la orquesta. Algo que he aprendido es a trabajar mucho con lo que pasa sobre el escenario. Cualquier cosa que pase, la atención esta completamente sobre el escenario. Es importante estar con ellos. Al inicio de la carrera es difícil hacerlo porque no tienes el comando con la orquesta, en este caso mi labor es ser el conductor entre orquesta y cantantes.