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Foto: Ken Howard/Metropolitan Opera |
"Los maestros cantores de Nürnberg", la grandiosa y epopéyica comedia de Richard Wagner, llega este sábado vía satélite desde The Metropolitan a UVK Larcomar en una impresionante producción que no escatima recursos.
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Por Gonzalo Tello - Ópera Perú).- Siguiendo con la temporada "El Met en vivo 14/15", este 13 de diciembre llegará en vivo, vía satélite, desde
The Metropolitan Opera a
UVK Multicines Larcomar "Die Meistersinger von Nürnberg", la épica comedia de Richard Wagner, en una extraordinaria y gigantesca producción dirigida por Otto Schenk que se monta por última vez sobre el escenario del Met. Esta producción fue estrenada en 1993 y dirigida por James Levine.
"Meistersinger" fue estrenada en Munich en 1868, y fue compuesta por Wagner durante los años en que también componía "El Anillo del nibelungo", su famosa tetralogía. Si bien esta ópera esta muy bien ubicada en un tiempo determinado y con personajes reales, la historia es totalmente inventada, escrita por el mismo compositor.
El trabajo del director de escena, Otto Schenk, en mi opinión es uno de los mejores en ópera, ya que es meticuloso y respetuoso de las tradiciones operísticas, sin perder el toque teatral y dinámico en sus puestas. Este "Meistersinger" es grandioso y una de las producciones que el Met aún mantiene. Este 23 de diciembre se pondrá en escena por última vez, ya que una nueva producción será presentada dentro de unos años.
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Foto: Beatriz Schiller/Metropolitan Opera |
Personalmente es la única ópera de Wagner que he visto sobre el escenario del Met. Fue en 2007 con el gran James Morris en el rol protagónico de Hans Sachs y la puesta como dije es ágil y muy detallista. Las escenografías son increíblemente bien logradas, y los escenarios son imponentes. El acto segundo, por ejemplo, es un barrio medieval con edificios y bellos caminos. Ni que decir del tercer acto en la escena del torneo.
Esta es una ópera demandante, en tres actos y dos intervalos. Son seis horas en total. Sin embargo la música y divertida trama bien que vale la pena. Especialmente el tercer acto, que por su estructura y belleza, y sus dos horas de duración, es una ópera por si misma. La composición musical de esta ópera es muy rica y compleja, cosa que puede percibirse desde su refinada obertura, en sus coros, escenas concertantes y diversos pasajes que también exigen mucho a los solistas, quienes deben ser expertos en este repertorio.
La versión que veremos este sábado en vivo será dirigida nuevamente por James Levine, experto en esta ópera. Escucharemos al barítono Michael Volle en el rol principal de Hans Sachs, al tenor Johan Botha como Walther, a la soprano Annette Dasch como Eva, al tenor Paul Appleby como David, al bajo Hans-Peter König como Pogner y al barítono Johannes Martin Kränzle en el rol del ambicioso Beckmesser.
Esta transmisión también podrá ser escuchada en vivo por
Radio Filarmonía 102.7 Fm Stereo. La función en diferido será el sábado 20 desde las 10:00 am. Las entradas se venden como siempre en boletería del cine.
Aquí podemos escuchar algunos extractos de esta ópera en una versión histórica, dirigida por Ferdinand Leitner en 1945, con el siguiente reparto:
Hans Sachs - Josef Herrmann
Walther von Stolzing - Wolfgang Windgassen
David - Richard Holm
Eva - Annelies Kupper
Magdalena - Herta Töpper
Chor des Bayerischen Rundfunks
Münchner Philharmoniker
Württembergisches Staatsorchester Stuttgart
Director: Ferdinand Leitner
ARGUMENTO (Extraído de Wikipedia)
Acto I
Escena 1: Interior de la iglesia de Santa Catalina en Núremberg
Después de una magnífica obertura orquestal se inicia el Acto con un un coro, cantado en la citada iglesia, donde está concluyendo un servicio religioso para la víspera de San Juan, justo cuando Walther von Stolzing joven caballero de Franconia se dirige a Eva, a quien ha conocido antes, y la pregunta si está comprometida con alguien. Eva se ha enamorado de Walther a primera vista, pero ella le informa que su padre, el orfebre y maestro cantor Veit Pogner, ha dispuesto entregar su mano en matrimonio al ganador del concurso de canto de la cofradía en el día de San Juan (Noche de San Juan), al día siguiente. La doncella de Eva, Magdalena, induce a David, el aprendiz de Hans Sachs, a enseñarle a Walther el arte de los maestros cantores. La esperanza es que Walther se clasifique como maestro cantor durante la reunión de la cofradía, que se celebra habitualmente en la iglesia después de la misa, y de esta manera conseguir un puesto en el concurso de canto, a pesar de su profunda ignorancia de las reglas y convenciones de los maestros de la cofradía.
Escena 2
Mientras los otros aprendices preparan la iglesia para el encuentro, David advierte a Walther que no es fácil convertirse en maestro cantor; exige muchos años de aprendizaje y práctica. Empieza a dar una confusa lección sobre las reglas de composición y canto de los maestros cantores. (Muchas de las melodías que describe pertenecían realmente a maestros de la época.) Walther está confundido por las complicadas normas, pero está decidido a intentar encontrar un lugar en la cofradía de todas formas.
Escena 3
Los primeros maestros cantores se ponen en fila en la iglesia, incluyendo el rico padre de Eva Veit Pogner y el administrador municipal Beckmesser. Beckmesser, un cantante técnico y listo que estaba esperando ganar el concurso sin oposición, se preocupa al ver que Walther es el invitado de Pogner y pretende entrar en el concurso. Mientras tanto, Pogner presenta a Walther a los otros maestros cantores conforme llegan. Fritz Kothner el panadero, desempeñando el cargo de presidente de la reunión, pasa lista. Pogner, dirigiéndose a la asamblea, anuncia su oferta de la mano de su hija para el ganador del concurso de canto. Cuando Hans Sachs señala que Eva debería poder decir algo en el asunto, Pogner está de acuerdo en que Eva puede rechazar al ganador del concurso, pero que ella de todas formas debe casarse con un maestro cantor. Otra sugerencia de Sachs, que el pueblo de la ciudad, más que los maestros, debería ser quien juzgase el ganador del concurso, es acallado por los otros maestros. Pogner formalmente presenta a Walther como candidato para la admisión a la cofradía. Preguntado por Kothner sobre su pasado, Walther afirma que las obras de Walter von der Vogelweide fueron su inspiración poética, y sus maestros en la música fueron los pájaros y la propia naturaleza. Con renuencia los maestros se muestran conformes en admitirlo, siempre que pueda proporcionar una canción de maestro de composición propia. Walther elige el amor como tema de su canción y por lo tanto será juzgada sólo por Beckmesser, el "Marcador" de la cofradía. Walther se lanza a una melodía nueva en forma libre, obviamente rompiendo todas las reglas de los maestros cantores, y su canción es constantemente interrumpida por el arañazo de la tiza de Beckmesser en su tablero, anotando maliciosamente cada una de las vulneraciones, una detrás de otra. Cuando Beckmesser ha cubierto completamente la pizarra con símbolos de los errores de Walther, interrumpe la canción y argumenta que no hay razón alguna para acabarla. Sachs intenta convencer a los maestros de que permitan a Walther seguir, pero Beckmesser sarcásticamente dice que Sachs debería dejar de establecer la política y en lugar de ello, acabar de hacerle sus nuevos zapatos, que ya se está retrasando. El resto de los maestros rechazan al caballero.
Acto II
Escena 1: Tarde en una calle de Núremberg, en la esquina entre el taller de Pogner y el de Hans Sachs
David informa a Magdalena del fracaso de Walther. En su disgusto, Magdalena se marcha sin dar a David la comida que ella le había traído. Esto suscita la desilusión de otros aprendices, y David está a punto de volverse a ellos cuando Sachs llega y empuja a su aprendiz al taller.
Escena 2
Pogner llega con Eva, implicándose en una conversación con rodeos: Eva duda si preguntar sobre el resultado de la solicitud de Walther, y Pogner tiene dudas privadas sobre si era sabio ofrecer la mano de su hija en matrimonio al que gane el concurso de canto. Mientras entran en la casa, Magdalena aparece y le pregunta a Eva sobre los rumores del fracaso de Walther. Eva decide preguntar a Sachs sobre el tema.
Escena 3
Cuando llega el ocaso, Hans Sachs se sienta enfrente de su casa para trabajar en un nuevo par de zapatos para Beckmesser. Se deleita en la canción de Walther, que ha hecho una profunda impresión en él.
Escena 4
Eva se acerca a Sachs, y ellos hablan del concurso de canto del día siguiente. Eva no siente entusiasmo por Beckmesser, quien parece ser el único concursante elegible. Eva dice que a ella no le importaría si Sachs, un viudo, fuera a ganar el concurso. Aunque conmovida, Sachs protesta que él sería demasiado viejo para ser su marido. Incitado más allá, Sachs narra el fracaso de Walther en la reunión de la cofradía. Esto hace que Eva salga enfurecida, confirmando la sospecha de Sachs que se ha enamorado de Walther. Eva es interceptada por Magdalena, quien la informa de que Beckmesser viene a darle una serenata. Eva, decidida a buscar a Walther, le dice a Magdalena que se haga pasar por ella (Eva) en la ventana del dormitorio.
Escena 5
Justo cuando Eva va a abandonar, aparece Walther. Le dice que ha sido rechazado por los maestros cantores, y los dos se preparan para huir. Sin embargo, Sachs ha oído sus planes. Mientras están pasando, ilumina la calle con su linterna, forzándoles a esconderse en la sombra de la casa de Pogner. Walther se decide para enfrentarse a Sachs, pero se ve interrumpido por la llegada de Beckmesser.
Escena 6
Mientras Eva y Walther se retiran aún más en las sombras, Beckmesser empieza su serenata. Sachs lo interrumpe lanzándose en una canción de zapatero y martillando la suela de los zapatos a medio hacer. Disgustado, Beckmesser le dice a Sachs que pare, pero el zapatero replica que tiene que acabar los zapatos, de cuya tardanza Beckmesser se había quejado públicamente alrededor del Acto I. Sachs ofrece un compromiso: será callado y permitirá a Beckmesser cantar, pero él (Sachs) será el "marcador" de Beckmesser, y marca cada uno de los errores musicales/poéticos de Beckmesser al golpear una de las suelas con su martillo. Beckmesser, que ha visto a alguien en la ventana de Eva (Magdalena disfrazada), no tiene tiempo de discutir. Intenta cantar su serenata, pero comete errores. David se despierta y ve a Beckmesser aparentemente dándole una serenata a Magdalena. Ataca a Beckmesser en un rapto de celos. Todo el vecindario está despertado por el sonido. Los otros aprendices se apresuran a la pelea, y la situación degenera en toda una algarada. En la confusión, Walther intenta escaparse con Eva, pero Sachs empuja a Eva a su casa y arrastra a Walther a su propio taller. Se restaura la calma tan abruptamente como se había roto. Una figura solitaria camina por la calle — el sereno, diciendo la hora.
Acto III: Escena 1: el taller de Sachs
Conforme amanece, Sachs está leyendo un gran libro. Perdido en sus pensamientos, él no responde cuando David regresa de entregar los zapatos de Beckmesser. David finalmente logra atraer la atención de su maestro, y ellos tratan de las siguientes festividades — es el día de San Juan, el día onomástico de Hans Sachs. David recita sus versos por Sachs, y se marcha a preparar la fiesta. A solas, Sachs piensa sobre la rebelión de la noche anterior. "¡Locura! ¡Locura! ¡Locura por todas partes!" (Wahn! Wahn! Überall Wahn!) Su intento de impedir un rapto había terminado en una sorprendente violencia. A pesar de todo, está decidido a hacer que la locura trabaje para él ese día.
Escena 2
Sachs da a Walther una lección interactiva en la historia y la filosofía de la música y los maestros cantores, y le enseña a moderar su canto de acuerdo con el espíritu (si no la letra estricta) de las reglas de los maestros. Walther demuestra su comprensión componiendo dos secciones de una nueva canción de premio en un estilo más aceptable que su previo intento del Acto I. Sachs escribe nuevos versos conforme Walther los canta. Una sección final queda pendiente de componer, pero Walther está cansado de palabras. Los dos hombres dejan la habitación para vestirse para la fiesta.
Escena 3
Beckmesser, aún dolorido por su paliza de la noche anterior, entra en el taller. Ve los versos de la canción del premio, escrita de manos de Sachs, e infiere que Sachs está planeando en secreto entrar en el concurso por la mano de Eva. El zapatero vuelve a entrar en la habitación y Beckmesser se enfrenta a él con los versos. Sachs declara que él no tiene intención de cortejar a Eva, y niega haber escrito la canción (aunque él admite que la escritura es suya). Da el manuscrito a Beckmesser como regalo. Promete no reclamar nunca la canción como propia, y advierte a Beckmesser que es una canción muy difícil e interpretar y cantar. Beckmesser, su confianza restaurada por la perspectiva de usar versos escritos por el famoso Hans Sachs, ignora la advertencia y se apresura a prepararse para el concurso de canto. Sachs sonríe ante la idiotez de Beckmesser pero expresa la esperanza de que Beckmesser aprenderá a ser mejor en el futuro.
Escena 4
Eva llega al taller. Busca a Walther, pero pretende quejarse de un zapato que Sachs hizo para ella. Sachs se da cuenta de que el zapato encaja perfectamente, pero pretende que va a cambiar lo que había cosido. Mientras trabaja, dice a Eva que acaba de oír una bella canción, sólo que le falta el final. Eva grita mientras Walther entra en la habitación, espléndidamente vestido para la fiesta, y canta la tercera sección, final, de la canción de premio. La pareja está llena de gratitud por Sachs, y Eva le pide a Sachs que la perdone por haber manipulado sus sentimientos. El zapatero los aleja con quejas de su trabajo como zapatero, poeta y ciudo. Al final, sin embargo, admite ante Eva que, a pesar de sus sentimientos por ella, está decidido a evitar el destino del rey Marke (una referencia al tema de otra ópera de Wagner, Tristán e Isolda, en que un hombre viejo intenta casarse con una mujer mucho más joven), dando así su bendición a los jóvenes. David y Magdalena aparecen. Sachs anuncia al grupo que un nuevo maestro cantor ha aparecido, que, siguiendo las reglas de los maestros cantores, va a ser bautizado. Como un aprendiz no puede servir como testigo del bautismo, promociona a David al rango de oficial con el tradicional cachete en la oreja. Él luego bautiza la canción de premio la Canción del sueño matinal (Selige Morgentraumdeut-Weise). Después de celebrar su buena fortuna con un quinteto ampliado, el grupo se marcha a la fiesta.
Escena 5: El prado cerca del río Pegnitz
Tiene lugar la fiesta de Juan el Bautista. Las diversas cofradías celebran sus procesiones, culminando con la llegada de los maestros cantores. El público canta las alabanzas de Hans Sachs, el más amado y famoso de los maestros cantores. Comienza el concurso por el premio. Beckmesser intenta cantar los versos que había obtenido de Sachs. Sin embargo, él tergiversa las palabras y fracasa, incapaz de encajarlas en la melodía apropiada, y acaba cantando tan torpemente que el público se ríe de él. Antes de salir enojado, él grita que la canción no es ni siquiera suya; Hans Sachs le ha engañado para que la cantara. El público se muestra confuso, ¿cómo puede el gran Hans Sachs escribir una canción tan mala? Sachs explica que la canción no es suya, y también que es de hecho una bella canción que los maestros amarán, cuando la oigan correctamente cantada. Para probar esto, llama a un testigo: Walther. La gente está tan curiosa sobre la canción que ellos permitan a Walther cantarla, y todo el mundo queda ganado a pesar de la novedad de la canción. Declaran a Walther ganador, y los maestros cantores quieren que sea un miembro de su cofradía allí mismo. Al principio Walther se siente tentado a rechazar su oferta, pero Sachs interviene una vez más, y explica que el arte, incluso cuando es un arte contrario y rompedor como el de Walther, sólo puede existir dentro de una tradición cultural, cuya tradición el arte sostiene y mejora. Walther está convencido; está de acuerdo en unirse. Pogner coloca la simbólica medalla de maestría alrededor de su cuello, y la gente canta una vez más en alabanza de Hans Sachs, el amado maestro cantor de Núremberg.