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© Uwe Arens |
Por Gonzalo Tello (Ópera Perú)
La Sociedad Filarmónica de Lima despide su temporada 2015 con la presentación, por primera vez en Lima, del famoso violonchelista alemán Daniel Müller-Schott. El se presentará junto a su chelo en un íntimo recital que incluye dos Suites de Bach y una Suite para chelo solo de Benjamin Britten. El recital será el martes 24 de noviembre en el Auditorio Santa Úrsula, y las entradas se venden en Teleticket de Wong y Metro.
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Conversé con el por teléfono, y como es costumbre en los artistas que llegan por primera vez, su expectativa es grande. "Es maravilloso llegar a Perú por primera vez. Mis padres fueron muchos años atrás y estuvieron entusiasmados con la naturaleza y la calidez de la gente de Lima. Estoy muy contento de llegar. Me gustaría ver la ciudad, el océano, la naturaleza, incluso las montañas, así tener una impresión mas amplia que solo la del aeropuerto y la sala de concierto".
¿Por qué escogió el chelo como instrumento?
Esa es siempre una pregunta interesante, pues siempre tuve una conexión interna con el. Desde niños, mis padres nos llevaban a mi hermano y a mi, en Munich, nuestra ciudad natal, a ensayos y funciones, y querían que tocáramos instrumentos orquestales. Una vez vi un ensayo del Concierto para chelo de Schumann, y ese fue el momento en que me enamoré de el. Fue el sonido, como uno lo toca, lo que me impresionó y le pedí a mi madre que me pusiera a estudiarlo.
¿Cuántos chelos ha tenido en su carrera?
Comencé con uno pequeño, talla 8, porque aún era un niño. Luego, algunos meses antes de participar en la competencia Tchaikovsky, cuando tenía 15 años, tuve un chelo francés, construído en París, que me ayudó en esta y tuve la suerte de que fuera un gran instrumento. Luego me vino una fascinación por los orfebres italianos, y busqué uno en la escuela veneciana. Cuando tenía 19, encontré un Francesco Gofriller, y luego obtuvo un Matteo Gofriller de 1797. Los instrumentos de esta failia me gustan pues son fuertes con gran soporte en la base, necesario especialmente cuando se interpreta en una orquesta. Además tengo un equivalente moderno.
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© Uwe Arens |
Interpretar un recital con un solo instrumento como el chelo tiene que ser demandante. ¿Cual es el principal reto?
Como dice, si uno escucha un piano tiene una amplia variedad de sonidos y voces que se intercomunican. Con solo chelo que tiene cuatro cuerdas uno debe conseguir comunicar y dar la impresión de sonido de mas instrumentos. Especialmente en la s Suites de Bach, en que genialmente logra "escribir una voz" que se necesita completar imaginándola. Es algo que uno debe llevar a cabo como intérprete, pero el público también debe escuchar atentamente, para decodificar los mensajes que el instrumento les da. Esto lo encuentro fascinante, encontrar estas imágenes y proyectarlas.
Una vez escuché las seis Suites de Bach juntas y fue una velada de dimensiones wagnerianas. ¿Usted como intérprete siente la densidad y tamaño de esta obra?
Absolutamente. Debe ser la obra mas demandante, pues no se compara con nada, ni con interpretar un concierto, sonatas o música de cámara. Es el "Monte Everest" del repertorio, de lejos. Demanda todo de uno como músico, y al mismo tiempo es muy satisfactoria. Es una experiencia pura y concentrada para todos los involucrados.
El programa a presentar incluye dos suites de Bach y una sonata de Benjamin Britten. ¿Qué tienen en común estas obras?
Tuve la oportunidad de estudiar desde los 17 años con el gran maestro "Slava" (Mstislav) Rostropovich, para el que Britten escribió esta suite, así que tengo una relación directa a través de él con el mismo compositor. Slava me introdujo a la música de Britten diciendo que el quiso componer un ciclo moderno de suite para chelo solo. Desafortunadamente no pudo hacerlo, sin embargo esta obra tiene muchas conexiones con la obra de Bach. Es un lenguaje diferente en un tiempo diferente, pero contiene métodos que vienen del barroco y ciertas frases que se conectan con el pasado. Creo que interpretar a estos dos compositores en un recital tiene mucho sentido. Será un viaje para todos, experimentando el barroco y lo moderno, sin darnos cuenta necesariamente, pues Bach suena muy moderno también.
Hoy la industria está llena de artistas de todo el mundo, y gracias a internet es muy facil conocerlos y que ellos se vuelvan famosos. Muchos de ellos son excesivamente marketeados por las disqueras no solo por el talento, sino por el físico. En su opinión, ¿qué debe tener un artista para mantenerse y destacar realmente?
Dedicación a la música principalmente, y mucha honestidad en como hacer música. Eso es algo que realmente hace al artista destacar y el público percibe, ese manera genuina de expresar algo que llega profundamente y va mas allá de las cosas que ha mencionado como el marketing, imagen que se quiere mostrar, etc. El hacer música genuinamente es aún la clave para todo.También la dedicación a los compositores, ya que los intérpretes estamos en segunda línea y nos debemos a ellos, que si no hubieran compuesto estas obras maestras no estaríamos aquí. Yo soy positivo en pensar que hay jóvenes músicos que se dedican de manera completa, tanto a la música como a los compositores. Yo trato de no hacer caso al marketing, pues te lleva por temas que no tienen que ver con la música.
Viviendo en Munich, y habiendo tanto talento allí, ¿Comparte tiempo con otros artistas?
Si, uno siempre está viajando por el mundo y se encuentra con alemanes, pero volviendo a casa en Munich uno también tiene amigos con los que nos vemos. Conozco a artistas como Jonas Kaufmann, pero también a Anne Sofie Mutter o Julia Fischer, que viven muy cerca a mi casa. Cuando se da que coincidimos nos encontramos y disfrutamos el tiempo juntos.
DANIEL MÜLLER-SCHOTT
Es uno de los más grandes chelistas de su generación. Sus presentaciones se realizan en las mejores salas de concierto del mundo y son siempre una experiencia memorable. Ha tocado junto a renombrados directores como Marc Albrecht, Christoph Eschenbach, Iván Fischer, Alan Gilbert, Dmitrij Kitajenko, Lorin Maazel, Kurt Masur, Sakari Oramo, Vasily Petrenko, Sir André Previn y Jukka-Pekka Saraste, por mencionar algunos.
En EE.UU ha sido solista de las orquestas de Nueva York, Filadelfia, Boston, Chicago y Washington; en Europa ha tocado con la Filarmónica de Londres, la Sinfónica de la Ciudad de Birmingham, la Filarmónica de Berlín, la Gewandhaus de Leipzig, la Orquesta Nacional de la Radio de Francia y las sinfónicas de la Radio de Berlín, Múnich, Frankfurt, Stuttgart, Leipzig y Hamburgo, entre otras. En Asia, se ha presentado con la Sinfónica de la NHK, la Sinfónica Nacional de Taiwán y la Filarmónica de Seúl.
Además de sus interpretaciones de los grandes conciertos para chelo, Müller-Schott tiene especial interés en descubrir obras desconocidas y ampliar su repertorio, tanto con adaptaciones así como mediante la colaboración con otros compositores. Sir André Previn y Peter Ruzicka le han dedicado sus conciertos para chelo, los cuales estrenó bajo sus respectivas batutas.
En el 2013, la Fundación Anne-Sophie Mutter le otorgó el Premio Aida Stucki como reconocimiento a “su destacada contribución al repertorio para violonchelo.” Ya en el 2000, la famosa violinista lo había invitado a realizar su concierto debut en el Carnegie Hall de Nueva York. Su interés por despertar el entusiasmo de los jóvenes por la música clásica lo ha llevado a apoyar con carácter honorario el proyecto Rhapsody in School, demostrando su compromiso musical a través de clases magistrales que ofrece en Europa, Asia y Estados Unidos.
Tiene una amplia discografía bajo los sellos Orfeo, Deutsche Grammophon, Pentatone y EMI Classics. Actualmente graba de manera exclusiva para Orfeo International. Sus discos se han hecho merecedores de premios como el Editor’s Choice de Gramophone, Strad Selection, Diapason d’Or y el CD del mes del BBC Music Magazine. Asimismo, ha sido galardonado con el Premio Quarterly de la crítica alemana por su disco de los Conciertos para chelo de Elgar y Walton con la Filarmónica de Oslo y André Previn.
Su grabación de las Suites de Britten ha sido galardonada con el Diapason d’Or en Francia. Con la grabación de su último disco, Britten Prokofiev Shostakovich – Sonatas para chelo con Francesco Piemontesi, Müller-Schott no sólo ha completado su proyecto Britten, sino que también ha grabado todas las obras para violonchelo de Prokofiev y Shostakovich.
Daniel Müller-Schott nació en Múnich. Estudió con Walter Nothas, Heinrich Schiff y Steven Isserlis y gozó del apoyo personal de Anne-Sophie Mutter a través de una beca de su Fundación. Gracias a esta recibió clases privadas de Mstislav Rostropovich durante un año. En 1992, a los 15 años, causó sensación ganando el primer premio en el Concurso Internacional para Jóvenes Músicos Tchaikovsky de Moscú.