Por Gonzalo Tello
Operaperu.com
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Sinfonía por el Perú", el proyecto privado de creación de orquestas juveniles e infantiles en nuestro país impulsado por el tenor Juan Diego Flórez, cumple un año de vida y lo celebra habiendo crecido de una manera impresionante en muy poco tiempo. Este proyecto, junto al de la red de orquestas juveniles e infantiles del Ministerio de Educación, impulsado hace varios años por Wilfredo Tarazona, son un aporte medular que tiene un objetivo loable: Apoyar a niños y jóvenes, sobretodo de escasos recursos, a generar una carrera y una profesión a través de la música con todas las satisfacciones que el arte ofrece, y enriquecer la calidad de vida de estos jóvenes y de su entorno y comunidad.
"Sinfonía por el Perú" se inspira directamente en "El Sistema", este proyecto venezolano creado por
José Antonio Abreu que ha logrado una red enorme de orquestas por todo ese país, de los cuales han salido grandes artistas como
Gustavo Dudamel, quien es actualmente una mega estrella del rubro de música clásica. Asimismo, la Sinfónica "Simón Bolívar" y la misma orquesta juvenil de este Sistema son orquestas que han logrado la excelencia y recorren el mundo mostrando su gran talento, con un nivel como las grandes. De este exitoso Sistema también viene el director venezolano invitado para este concierto de aniversario,
Manuel López Gómez, asistente de Dudamel en principales orquestas de EEUU y Europa, y uno de los músicos mas entregados, sensibles y destacados, según declara el propio Abreu.
La orquesta sinfónica "Sinfonía por el Perú" agrupa principalmente a destacados alumnos del Conservatorio Nacional de Música, los cuales a través de esta serie de conciertos, inspiran a los menos experimentados y novatos a trabajar fuerte para llegar algún día cercano a ser parte de esa primera orquesta, habiendo pasado antes por la de sus núcleos respectivos. Núcleos que se han formado en diversas ciudades del país y se espera con el tiempo se amplíen a mas regiones.
La calidad que ha logrado esta orquesta que dirige Espartaco Lavalle Terry es excelente. No solo por el gran sonido que produce este cuerpo orquestal., que hace que esos 60 músicos suenen como si fueran 80, sino también por el entusiasmo y la rigurosidad como se nota que trabajan. Curiosos, ávidos de aprender, abiertos a lo que maestros les impartan y directores invitados les permitan descubrir. Actualmente puedo decir que es la mejor orquesta vigente que tenemos en el país. Sus cuerdas suenan con gran cuerpo, mucho sentimiento y sentido de interpretación, todos los metales suenan con fineza y fuerza, especialmente cornos, trompetas y trombones. El apoyo de la Filarmónica de Viena, un lujo para este elenco, es vital para avanzar en ese camino de excelencia. No es tan utópico lograr que nuestra ciudad tenga por fin una orquesta de primer nivel internacional, que llegue a competir con las grandes. Por otro lado este logro contrasta con el desgano y descuido en el esfuerzo interpretativo de músicos profesionales de orquestas estatales o privadas, que debido a la falta de plataformas estables han caído en vicios y no logran esta excelencia en sus elencos profesionales. Orquestas con músicos de calidad, como la de la Universidad de Lima o de la Ciudad de los Reyes (básicamente de los mismos músicos) no ofrecen temporadas regulares. Creo firmemente que las próximas generaciones de músicos serán mucho mejores, lo cual avizora un gran futuro a nuestra vida cultural local.
En este concierto aniversario el programa estuvo completamente dedicado a Tchaikovsky. Como
me dijo el propio director en una entrevista, Tchaikovsky tiene todos los ingredientes para ofrecer un gran espectaculo: Su música es apasionante y conmueve al publico, e interpretarlo es muy didáctico para los músicos, aprenden mucho con el. La obra que abrió el concierto fue la Marcha Eslava en Si bemol menor, Op. 31. López Gómez condujo a una orquesta brillante en sonido, con tiempos precisos y uniformes. Puntos a favor la precisión y fantástico sonido de los metales y el virtuosismo de las cuerdas.
A continuación el solista invitado, el violinista peruano Hugo Arias, quien es primer violinista de la destacada Orquesta Filarmónica del Teatro Municipal de Santiago y ganador de múltiples premios internacionales, escogió el desafiante Concierto para violín y Orquesta en Re mayor, Op. 35, obra que cuando fue estrenada fue rechazada por el interprete al que el compositor dedicó la obra, por parecerle muy audaz, incluso hasta "intocable". Esta obra en nuestros días es muy popular, y permite al solista exhibir su máximo virtuosismo y capacidad, con el mayor lucimiento. Lamentablemente el solista no estuvo a la altura de la obra y estuvo muy expuesto a fallas, debido a un instrumento poco brillante que no reflejaba ni ayudaba a descubrir los complejos matices de esta obra. Escogió tiempos muy lentos que hicieron deslucir toda esa brillantez y audacia escritos por Tchaikovsky y la interpretación estuvo fría y distante. Hubiera sido adecuado interpretar una obra menos virtuosa y mas lírica, como un Numero 5 de Mozart, incluso hasta el de Mendelssohn. Curiosamente el publico lo ovacionó de pie, embelezados probablemente mas por Tchaikovsky que por la interpretación en si.
Esta celebración de aniversario terminó con la famosa Sinfonía no. 4 en Fa Menor. Op 36, obra escrita un año antes del Concierto para violín y Orquesta, pero que sin embargo lleva un numero de Opus posterior. Al inicio en el Andante Sostenuto, en que las trompetas marcan la presencia del "Destino", ese del que no podemos escapar, López Gómez dio una lectura muy precisa y controlada, que durante el Moderato y Allegro Vivo peca de excesa lentitud y con máximo control sobre los músicos, sin abusar de mayores pirotecnias. El Andantino in Modo di Canzone es muy lírico,en este las cuerdas se lucen plenamente. Con un tiempo y matiz muy conservador también, y con una técnica de dirección bastante modesta. El Scherzo, que presenta a las cuerdas a modo de pizzicato para llegar al Allegro con Fuoco en que la orquesta da el máximo de sus capacidades. En este el director no escatima y derrocha virtuosismo en cada grupo de instrumentos. El final es uno brillante en vivacissimo que hace delirar al publico.
Probablemente veamos nuevamente en Lima a este destacado director en ascenso en conciertos sinfónicos, y también dirigiendo ópera. Tenerlo cerca seria un acierto, ya que es muy probable que llegue alto y su experiencia enriquecería a nuestros músicos.
No puedo dejar de comentar que espero que pronto el número de músicos de esta orquesta crezca y permita tocar obras de mayor envergadura, como sinfonías de Mahler o Bruckner, los grandes compositores rusos, poemas de Richard Strauss y música orquestal de Richard Wagner, obras que no son posibles hoy por falta de una orquesta de altura. El sonido maduro ya esta ahí, lo que se tiene que hacer es introducir este tipo de obras mayores en los programas futuros y trabajarlas dedicadamente.
Lo que viene por delante para este proyecto es ampliar la cantidad de núcleos y posicionarse. Un año es muy poco para hacer balances, pero el futuro luce prometedor.