(EFE) "La vida breve", de Manuel de Falla, se estrenó en Valencia con una sobresaliente actuación de la soprano chilena Cristina Gallardo-Domâs, que ha dado vida a la trágica existencia de Salud, la gitana protagonista.
Bajo la dirección musical de Lorin Mazzel, que por primera vez en su dilatada trayectoria profesional dirigía La vida breve, ha resaltado los tiempos lentos para dar un mayor énfasis a la tragedia psicológica que rezuma toda la obra.
Con la fuerza desgarrada que requiere su personaje, Gallardo-Domâs ha sabido mostrar las múltiples caras de su personaje, que oscila entre la fragilidad de una joven que se enamora de un señorito andaluz, el drama social de verse abandonada por otra mujer de una clase social superior y la dignidad que adopta para acabar con esta infamia.
Con una presencia permanente en escena, la soprano chilena se ha debatido entre la pasión por el amor y la premonición del desengaño, hasta que alcanza el convencimiento de que es "mejor morir que vivir con penar".
Con un papel no muy extenso pero exigente, el tenor tinerfeño Jorge de León, con voz firme y rotunda, modeló a un Paco sin escrúpulos e infiel, que no duda en abandonar a Salud para casarse con Carmela, una señorita de la alta sociedad.
Del resto del elenco destacaron la calidez de la mezzosoprano María Luisa Corbacho, en el papel de abuela, y la resolución del bajo Felipe Bou, como tío Sarvaor.
Notable fue también la actuación de la cantaora Esperanza Fernández, que con la tristeza del cante jondo anuncia la crucifixión que va a sufrir Salud, y del cuerpo de bailarines, con unas excelentes versión de las danzas, una de las partes más destacadas de la obra.
Esta producción de la La vida breve se ha estrenado en el Palau de les Arts de Valencia con un programa doble completado con Cavalleria rusticana, de Pietro Mascagni, en una producción del Teatro Real de Madrid cuya luminosidad contrastaba con el tenso y oscuro ambiente de la obra de Manuel de Falla.
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