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08 mayo 2015

The Rake´s Progress cierra temporada radial del Met

© Marty Sohl/Metropolitan Opera
Este sábado termina la temporada 2014-2015 del Metropolitan de Nueva York y llegará la última transmisión radial en vivo. Será la comedia The Rake´s Progress (El progreso del libertino) de Igor Stravinsky. Esta es una ópera en tres actos y nueve escenas de la etapa neoclásica del compositor, escrita inspirándose en el estilo tonal de Mozart, Hándel y otros.
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Stravinsky dirigió el estreno en La Fenice de Venecia en 1951 con Elisabeth Schwarzkopf en el rol de Anne Trulove. Esta ópera se le ocurrió al compositor luego de ver una serie de grabados del pintor inglés William Hogarth, titulada de la misma manera. Es una versión faustiana moderna, con toques de picardía y mucho humor. Ese humor y doble sentido es añadido por el libretista Wystan Hugh Auden.
© Marty Sohl/Metropolitan Opera
Esta ópera fue estrenada en el Met en 1953 pero no se volvió a subir a escena hasta 1997, cuando James Levine la devolvió al repertorio.
Para esta producción escucharemos a Paul Appleby como Tom Rakewell, a Layla Claire como Anne Trulove, a Gerald Finley como Nick Shadow, y a Stephanie Blythe como Baba la Turca. James Levine vuelve a dirigir esta deliciosa partitura. La podremos escuchar en vivo este sábado a partir del mediodía a través de Radio Filarmonía 102.7 fm.
Conozcamos este divertido argumento:
© Marty Sohl/Metropolitan Opera
Argumento: Tom Rakewell se ha comprometido con Ann Trulove. Ambos parecen tener por delante un futuro de amor y felicidad. Pero el padre de Ann desconfía del carácter vacilante de su futuro yerno y quisiera verlo en una posición firme y segura. Eso no es lo que quiere Tom, en cuyo inconsciente duermen miles de deseos y veleidades. Entonces aparece una personalidad tenebrosa, Nick Shadow, una figura mefistofélica inventada por los libretistas y que no aparece en los grabados de Hogarth, y cuyo nombre (shadow = sombra) adquiere significación simbólica; Nick, por otro lado, es un popular nombre inglés del demonio. Shadow explica que ha sido criado del tío de Tom, que al morir dejó una enorme herencia a su sobrino; y quiere entrar al servicio de Tom, el sueldo carece de importancia, se puede negociar más tarde. Shadow lo lleva a Londres y comienza, como anuncia dirigiéndose al público, the rake 's progress, la carrera del libertino en el que se transforma Tom bajo la dirección de Shadow.

Aunque al principio se contiene por el recuerdo de Ann Trulove (también un símbolo: true love = amor verdadero), la vida lo introduce en sus formas más primitivas. Después del prostíbulo sigue el grotesco matrimonio con una atracción de feria, la «bab turca», un monstruo barbudo al que apenas se puede considerar una mujer. Al mismo tiempo, Tom quiere explotar un invento capaz de convertir las piedras en pan. Shadow está detrás de todo y cada paso conduce a Tom más cerca del abismo. No se puede impedir la quiebra financiera, la subasta de todos sus bienes se presenta en una escena casi fantasmal. Shadow cree que ha llegado su hora. Conduce a su señor, que en realidad es su víctima, al cementerio de una iglesia, en medio de la noche, y le revela ante una tumba abierta el salario que exige: el alma de Tom. Juegan una decisiva partida de cartas en la que, gracias a la intervención mística de Ann, Shadow pierde y cae muerto cuando dan las doce. Pero Tom no se salva. La locura se apodera de él y termina en el manicomio. Sin embargo, hay una transfiguración más allá de su final. La fiel Ann, que intentó ayudarlo varias veces, se le aparece como un cuadro de luz. Ann, en la escena tal vez más bella de la obra, acuna en su regazo la cabeza de Tom, destruido por la vida, y canta para que se duerma.

Por último vuelven al escenario todos los personajes de la pieza (como solía hacerse en la antigua ópera italiana y como hizo Mozart en su Don Juan) y sacan conclusiones de los hechos descritos. Lo hacen sin máscaras, sin pelucas y sin falsas barbas: en cierta medida regresan a nuestro siglo, que se ha servido de una fábula vieja pero siempre vigente para exponer la seriedad de la vida. (hagaselamusica.com.ar)

18 diciembre 2009

Puccini: Gianni Schicchi

Alessandro Corbelli es Gianni Schicchi

"Gianni Schicchi" es una ópera en un acto, compuesta por Giacomo Puccini sobre un libreto de Giovacchino Forzano. Está basada en una historia referida brevemente en la Divina Comedia de Dante, y es la tercera y más conocida y representada de las óperas que conforman "Il Trittico". Es una comedia con una trama divertida e inteligente.

El nombre de Gianni Schicchi aparece solamente brevemente en el canto XXX de la primera parte (el Infierno) de la Divina Comedia, como uno de los personajes en el infierno.
La base de la trama de la ópera de Puccini es, sin embargo, un comentario anónimo florentino sobre la Divina Comedia de Dante publicado en 1866, que aclara esa breve referencia en la obra de Dante. No se conocen los detalles de la vida de Gianni Schicchi, que fue un personaje real que vivió en el siglo XIII en Florencia, pero por el comentario anterior y otros adicionales, Gianni Schicchi fue famoso por su capacidad de suplantación de personas, y por ello fue al infierno.

La acción transcurre en Florencia, en el año de 1299. Buoso Donati ha muerto en su cama. Su familia le llora melodramáticamente, hasta que se enteran del rumor de que Donati habría dejado todo su dinero al monasterio local en su testamento. Empiezan a buscar frenéticamente el testamento. Rinuccio, su sobrino, lo encuentra, pero se niega a dárselo a su tía Zita hasta que su tía acepte sus condiciones: si el testamento es favorable a la familia, ella debe permitirle casarse con la hija de Schicchi, Lauretta. Después de aceptar esas condiciones, la tía toma el testamento, y manda a buscar a Schicchi. Pero cuando el testamento confirma el rumor, todos se ponen furiosos y se niegan a permitir casarse a Rinuccio.
¿Qué se puede hacer? Schicchi y Lauretta llegan entonces, y son recibidos fríamente. Rinuccio insiste en que Schicchi puede resolver el problema, y le dejan de mala gana que lo intente. Schicchi envía a su hija lejos. Después de oír que nadie mas sabe de la muerte de Donati, le dice al doctor, cuando llega, que Donati se encuentra mejor y que sus servicios no son necesarios. Rinuccio corre a buscar al notario. Schicchi reemplazará a Donati y dictará un nuevo testamento. Los familiares se ponen de acuerdo sobre la repartición de las propiedades de Donati, excepto en cuanto a la mula, los molinos y la casa (los mejores bienes del finado). Los familiares acuerdan dejar a Schicchi que decida quién heredará esos bienes, pero todos vuelven para tratar de sobornarle, cada uno en su favor. Schicchi les recuerda en una hermosa aria el castigo por suplantación. El notario llega entonces y Schicchi se otorga en el testamento la mula, los molinos y la casa a él mismo, ante la furia de los familiares, que nada pueden hacer por temor al castigo nombrado por Schichi. Cuando el notario se va, Schicchi despide a todos y los familiares sin nada que hacer deben retirarse de la nueva casa de Schichi. En cuanto a Lauretta, como ahora tiene una dote, no hay obstáculo para su matrimonio con Rinuccio. Schicchi al final pide la indulgencia del público en forma de aplauso.


Giacomo Puccini
GIANNI SCHICCHI


Gianni Schicchi: Alessandro Corbelli
Lauretta: Patricia Racette
Zita: Stephanie Blythe
Rinuccio: Saimir Pirgu
Gherardo: Keith Jameson
Nella: Jennifer Check
Betto di Signa: Patrick Carfizzi
Simone: Donato Di Stefano
Marco: Earle Patriarco
La Ciesca: Patricia Risley
Maestro Spinelloccio: Paul Plishka
Ser Amantio Di Nicolao: James Courtney
Pinellino: Donovan Singletary
Guccio: Jeremy Galyon

Orquesta y Coro del Metropolitan Opera House
director: Stefano Ranzani

16 diciembre 2009

Puccini: Suor Angelica

Patricia Racette es Suor Angelica

"Suor Angelica" (Sor Angélica) es una ópera en un acto, compuesta por el compositor italiano Giacomo Puccini sobre un libreto de Giovacchino Forzano.
La acción de la obra transcurre en un convento de monjas a principios del siglo XVII. Esta obra es una alegoría del purgatorio de Dante Alighieri en su obra La Divina Comedia.

Sor Angélica vive en un exilio lamentable por órdenes de su familia, que desaprobó su relación extramatrimonial, que trajo como consecuencia un hijo.
Ella añora al hijo desconocido y odia a la tía causante de su encierro. Sor Angélica se dedica al cuidado de las flores, pero un día es llamada por la Abadesa, quien requiere de la presencia de la monja.
Tras siete largos años ha venido a verla su anciana tía. Trae con ella un pergamino que Sor Angélica debe firmar. Es esta mujer quién enclaustró a Sor Angélica en castigo por un amor desgraciado, palabras sin misericordia, aún cuando le anuncia que su otra sobrina, la hermana menor de Sor Angélica, está por contraer matrimonio, ya que era algo casi impensable después del escándalo del embarazo de Sor Angélica, la cuál mancilló el honor de la familia con dicho acto.
Su tía trae consigo un pergamino que Sor Angélica debe firmar. Se trata de un testamento en el que se dividen los bienes de la familia. La anciana princesa tiene para la sobrina, a quien ella misma ha enclaustrado para castigarla por un amor desgraciado, palabras sin misericordia.
La música tiene una acentuada delicadeza femenina y páginas de fina inspiración melódica.
Sor Angélica sólo desea saber dónde se encuentra su hijo, al que vio una sola vez y que le fue arrancado de los brazos. La anciana se niega a decirlo, pero la madre, fuerte en su derecho, la obliga.
Al fin llega a conocer la terrible noticia: su hijo ha muerto hace dos años. La religiosa cae al suelo sollozando y firma el pergamino sin leerlo, para permanecer sola en las sombras del atardecer, evocando tiernamente a su hijito en una desolada plegaria. Aquí Puccini finaliza su drama, pero aún queda un camino de esperanza: del drama humano al milagro.
En un momento de exaltación, Sor Angélica bebe el jugo de una planta venenosa y al darse cuenta que ha cometido suicidio, y que por ser un pecado mortal no podrá ver a su hijo en el más allá, presa de arrepentimiento, pide clemencia a la Virgen.
Todo cuanto rodea a la moribunda se transforma en una visión mística y consoladora, coronada por la presencia de la Virgen María y de su propio hijo.


Giacomo Puccini
SUOR ANGELICA


Suor Angelica: Patricia Racette
La zia principessa: Stephanie Blythe
La badessa: Tamara Mumford
La suora zelatrice: Wendy White
La maestra delle novizie: Barbara Dever
Suor Genovieffa: Heidi Grant Murphy
Suor Osmina: Linda Mays
Suor Dolcina: Jennifer Check
La suora infermiera: Maria Zifchak
Le cercatrici: Anne-Carolyn Bird, Reveka Evangelia Mavrovitis
Le converse: Joyce El-Khoury, Edyta Kulczak
Le novizie: Monica Yunus, Teresa S. Herold
Suor Lucilla: Deborah Saverance
Prima suora: Christina Anderson Thomson
Seconda suora: Sandra Bush
Terza suora: Alexandra Newland
Una suora: Marvis Martin

Orquesta y Coro del Metropolitan Opera House
director: Stefano Ranzani

13 diciembre 2009

Puccini: Il Tabarro

Patricia Racette, Željko Lučić y Salvatore Licitra en "Il Tabarro"

Se conoce como "Il Trittico" (El tríptico) a un conjunto de tres óperas compuestas por Giacomo Puccini. Puccini se inspiró en "La Divina Comedia" del Dante, y la obra pretende representar el infierno (Il Tabarro), el purgatorio (Suor Angelica) y el paraíso (Gianni Schicchi) de las pasiones humanas.
Puccini compuso primero "Il Tabarro", basado en el drama La houppelande de Didier Gold, que escuchó en París en 1912. Algunos años después decidió completar el conjunto y creó Suor Angelica y Gianni Schicchi.
Las tres óperas fueron estrenadas en el Metropolitan Opera de New York el 14 de diciembre de 1918. Gianni Schicchi fue bien recibida por el público. Las otras dos fueron apreciadas después de algunos años.

A orillas del Sena está anclado el barco de Michele. Luigi, Il Tinca e Il Talpa, tres descargadores de muelles, descargan los últimos sacos de cemento.
Es la hora de terminar de trabajar, y Giorgetta, la bella mujer de Michele, mucho más joven que él, les lleva vino para refrescarse. Lleno de celos, Michele nota que Giorgetta se siente atraída por el joven Luigi. Ambos bailan un vals al son de un organillo. Mientras las modistillas disfrutan de la última canción popular del momento, aparece Frugola, que ha ido a recoger a su marido, Il Talpa.
Por el camino va revolviendo la basura de las calles de París en busca de algo de valor. Luigi y Giorgetta están juntos un momento. Él promete ir a verla en secreto al barco por la noche, pero deberán tener un código en común para dicho encuentro, por lo que acuerdan que dicha señal será una cerilla que ella encenderá en el momento oportuno.
Michele sufre recordando pasados tiempos felices, el cariño que Giorgetta sentía por él y del niño que juntos procrearon, y que murió. Apesadumbrado, prende una cerilla para encender su pipa. Se oyen pasos en la pasarela del barco; Luigi camina con confianza por la cubierta creyendo que es su amada quien ha encendido ya la cerilla. Michele lo sorprende y lo obliga a confesar que ama a Giorgetta.
Michele estrangula a Luigi y lo envuelve en su abrigo (su tabardo, de ahí el nombre de la obra). Michele toma violentamente a Giorgetta, que asustada se acerca a él, y la arroja sin compasión sobre el cadáver de su amante.


Giacomo Puccini
IL TABARRO

Opera en un acto de Giuseppe Adami
música de Giacomo Puccini
Estrenada en New York, Metropolitan Opera, el 14 de diciembre de 1918

Michele: Željko Lučić
Giorgetta: Patricia Racette
Luigi: Salvatore Licitra
Il Tinca: David Cangelosi
Il Talpa: Paul Plishka
La Frugola: Stephanie Blythe
Un venditore di canzonette: Matthew Plenk
Due amanti: Ashley Emerson e Tony Stevenson

Orquesta y Coro del Metropolitan Opera House
director: Stefano Ranzani

27 enero 2009

"Orfeo ed Euridice" desde el Metropolitan Opera. 24 de enero 2008


Por Gonzalo Tello
La disposicion de la ópera de Gluck para atraer coreógrafos, por sus largas escenas orquestales, hace de esta obra una de las más dinámicas y prestas a aproximaciones artísticas muy amplias. George Balanchine y Frederik Ashton ya lo habían hecho alguna vez, hasta que le llegó el turno al famoso coreógrafo Mark Morris.

La versión escogida es en italiano de 1762 y sin intermedios, para dar unidad a la obra. Las coreografías ocupan la mayor parte de la escena, y el movimiento escénico complementa lo estático del resto del elenco, incluido el coro, que permanece en estas plataformas de tres niveles. Aunque si bien colaboran y realizan su propia coreografía junto con los movimientos del cuerpo de baile, lo cual da una sensación de movimiento orgánico', de todo el elenco como una sola persona, dejándose llevar por pensamientos, cambios de ánimo, incluso paranoias. Estos junto a Orfeo, quien no abandona el escenario casi nunca, nos meten en una atmósfera mucho más psicológica, una exposición universal que pertenece a la psiquis interna de cada uno de nosotros.

La visión de Morris en la producción, muy fiel a su estilo, contiene elementos contemporáneos, desde la escenografía y vestuarios, hasta los movimientos. La historia de Orfeo es tan atemporal que funciona perfectamente ponerle un traje oscuro y reemplazar su arpa por una guitarra, y ponerle un t-shirt y zapatillas a Amor.

Danielle de Niese, joven soprano especializada en roles barrocos, demostró ser una excelente intérprete y actriz. Sus gestos pudieron ser exagerados, pero supo controlarlos en buen balance con su personaje. La voz tiene un color algo oscuro que le queda bien a ese timbre que tiene. El personaje de Amor de Heidi Grant Murphy es correcto en su breve aparición.

Stephanie Blythe es formidable como Orfeo. La voz de por sí es muy bonita, y la proyección y dicción son fantásticas. Uno siempre duda cuando escucha tantos elogios para un solo intérprete, pero más allá de compararla gratuitamente con otros grandes o criticar tecnicismos, se puede apreciar las cualidades del instrumento, que complementan y aportan muchísimo a la propuesta dinámica y moderna que nos da la batuta de Levine. Eso si, al escucharla cantando 'Che faró senza Euridice' era muy difícil no dejar de comparar el timbre de voz con el de Marilyn Horne.

Levine se identifica con la puesta dando tiempos ágiles, haciendo vibrar a las cuerdas y yendo por el lado dinámico que requiere seguir a todo un cuerpo de baile. El barroco aquí suena muy diferente, pero agradable para el que quiere sentir mayor energía que la usual con que se dirige este tipo de obras.

La escenografía parece sencilla en diseño, pero es compleja, y muy funcional, haciendo las plataformas móviles y el escenario giratorio, donde vemos el infierno traducido en cavernas oscuras.

Donde el vestuario de Mizrahi no sorprende (en el caso de los principales) nos deslumbra en el coro, donde cada miembro viste un vestuario individual representando a los personajes más importantes de la historia, en este caso, son cien. Este concepto lleva la producción a una universalidad de la que precisamente viene la obra.

La repetición de "Orfeo ed Euridice" va este miércoles 28 a las 7:30pm en Multicines UVK.



21 enero 2009

Stephanie Blythe es Orfeo, "El padre de la música"

Stephanie Blythe responde a los retos de ser Orfeo, en el revival de esta produccion de Mark Morris.

¿En la ópera de Gluck, Orfeo esta en escena casi todo el tiempo, y tiene grandes escenas solo. Cuáles son los retos musicales y teatrales de esto? 
Estar en escena la mayor cantidad del tiempo es realmente de ayuda para meterse en el personaje y la trama. Cuando sales de escena a los camerinos, hay muchas cosas que ocurren y que interrumpen la concentración. Puedes conversar con colegas, o tener problemas con el vestuario. Cuando te tienes que concentrar por hora y media puede ser exhausto, pero estas en el personaje todo el tiempo. Musicalmente, me acomoda mucho a la voz. Así que debo ser inteligente cuando canto y distribuyo mis recursos apropiadamente. Es mucho mas cómodo y divertido para cantar que muchos otros roles.
 

¿Que es lo que más disfruta del rol?

Todo, el personaje, la música, el lenguaje. Lo cual adoro es que a pesar que Orfeo casi siempre canta para si mismo, parece mucho una pieza coral. Orfeo esta muy expuesto, pero nunca me siento sola, no mientras estoy rodeada de estos cantantes y bailarines maravillosos. Y solo escuchar esos adorables coros cantados por el Coro del Met.

La producción de Mark Morris combina escenarios tradicionales con coreografía y un set bien inusual. ¿Cómo describiría la aproximación del director para contar la historia?

Primero, debo decir que trabajar con Mark Morris y su excelente equipo de trabajo ha sido una satisfacción completa. Creo que hablo por todos mis colegas cuando digo que el proceso de montar la producción ha sido adorable. Creo que su aproximación es simple, clara, y expresada totalmente por la música, mas que todo. Como personaje cantado, Mark me ha hecho sentir, como si todo lo que tengo alrededor es una expresión de lo que Orfeo piensa y siente. Todos nos comunicamos y hacemos la historia avanzar. Cuando Euridice y yo estamos en lo nuestro, la producción se vuelve súper enfocada. Tenemos un espacio limitado y la parte mas difícil es no poder mirar directamente a Danielle de Niese. La escenografía de Allen Moyer ayuda mucho, pero cuando tu pareja canta tan apasionadamente no puedes reaccionar. ¡Es una situación difícil! Pero esos retos y detalles son lo que hacen de esta producción maravillosa.

Orfeo es conocido como “El padre de la música”. ¿Ese elemento del personaje se encuentra en su interpretación?

No se si eso influye en mi interpretación, pero me hace sentir que cantar es mi super poder. ¡Definitivamente hay un mejor poder el que tienes cuando quieres aplacar la ira en la Puerta de Hades!

¿Le gusta interpretar roles travestidos?

No lo hago siempre, pero me gusta interpretarun lado diferente al mio. Es una expresión diferente, un sentimiento diferente, y siempre un reto. Como actriz cantante, cada rol que interpreto tiene sus dificultades. ¿Cómo ser una diosa, una gitana, una mujer vieja? Pero encuentras que hay algo de ti en cada personaje y ahí es donde uno empieza. Para mí, todo crece a partir de eso, y en Orfeo el punto de partida es su amor y devoción por Euridice. Espero poder interpretar a un hombre como lo puedo hacer como mujer.—Charles Sheek

18 enero 2009

Stephanie Blythe: Una mezzo única en su generación

Stephanie Blythe es una mezzo americana ganadora del premio Richard Tucker en 1999. La crítica especializada y el público coinciden en que ella es una de esas nuevas estrellas que aparece una vez cada generación. Blythe debuto en 1996 reemplazando a Marilyn Horne a último minuto en el papel de Mrs. Quickly en el “Falstaff” de Verdi. 

Desde ese momento a interpretado diferentes roles en varios teatros, pero especialmente en el Met, donde ha destacado en una gran variedad de papeles, muy distintos en complejidad, lo cual sorprende a entendidos y entusiasma al publico. Ha cantado, por mencionar algunos, Fricka en “Die Wälkure”, Ulrica en “Un ballo in Maschera”, Los tres roles para mezzo de “Il Trittico”, y Eudige en “Rodelinda”. Incluso la han nombrado como la digna sucesora de Marilyn Horne en el repertorio barroco y belcantista. Es una de las pocas cantantes que entusiasman en roles tan complejos y variados.

Esta temporada Blythe debuta como Orfeo en “Orfeo y Euridice” de Gluck. Esta producción es dirigida y coreografiada por Mark Morris, y se estreno en el 2006, hecha específicamente para Lorraine Hunt Lieberson. Esta falleció antes del estreno, por lo que se le dio el papel principal al contratenor David Daniels.

Blythe ha vuelto a cautivar a las audiencias de nuevo con una voz “llena de voltajes de música, en un tour de force que la ha hecho dueña del rol” según en New York Times.

Este sábado 24 a partir de la 1pm. podremos ver a esta gran mezzo, junto a las sopranos Danielle de Niese y Heidi Grant Murphy en “Orfeo y Euridice” dirigidas por James Levine, en vivo en alta definición y sonido dolby 5.1 desde el Met a los multicines UVK Larcomar. La repetición será el miércoles 28 a las 7:30pm.

Clikee aqui para leer el articulo del New York Times sobre la produccion, ver fotos y escuchar un fragmento de Blythe cantando "Che faro senza Euridice".